Luces y sombras del volcán

Fascinado por el volcán de su isla, el Teide, en Tenerife Juan Antonio Pérez Giralda lo ha sobrevolado una y otra vez en una avioneta Piper, fotografiando en color sus distintos planos y momentos.El resultado es un trabajo original, una colección magnífica de secuencias sobre el espacio y el tiempo de la gran montaña tinerfeña, publicado en Tenerife (Ediciones Javicar) un libro de edición restringida (3.000 ejemplares numerados) bajo el título Pico de Teide.

La montaña con y sin nieve

Más de cincuenta imágenes ha registrado Juan Antonio Pérez Giralda por este medio, presentando a la montaña con y sin nieve, en solitario, proyectada contra el cielo o desde lo alto de su cráter en primer término; también los aledaños del volcán, trozos de la cordillera que aquél culmina y otros volcanes menores que le circundan. Todo ello, en un color cuidado, medido, en el que se han desarrollado las gamas y los matices más precisos.

Este empeño resulta todo menos monocorde. Un solo objeto contemplado en los momentos distintos de su lenguaje con la luz y con la sombra produce una multiplicidad que se sustenta sobre el valor puro de cada imagen.

Cualquier página del libro podría ser arrancada, aislada, manteniendo una imagen fotográfica independiente de gran fuerza expresiva.

El que contempla las fotografías de Pérez Giralda puede mostrar preferencia por unas o por otras, según cual sea su gusto, porque todas merecen ser distinguidas.

Teniendo en cuenta los desarrollos actuales del color puro, por ejemplo, queremos destacar las que muestran al volcán con tonos ocres, limpios y hasta relucientes, contrastados por las sombras negras de sus grietas y de su cráter. La montaña entonces nos aparece expectante, llena de fuerza, majestuosa; un gran volumen aquilatado por su forma esbelta, que expresa la medida de su realidad; un acontecimiento geológico como pueda ser el Fujiyama o el Vesubio, un Monte Olimpo donde situaron los primitivos pobladores de la isla a sus divinidades.

Importancia de una plástica

La obra de Juan Antonio Pérez Giralda confirma, además, la importancia de una plástica. La fotografía cuenta con un lenguaje que, empleado adecuadamente, expresa de manera propia e irrepetible lo que el fotógrafo ha singularizado como objeto.

El Teide se ha pintado a carbón, en óleo, acuarela y pastel; se han captado sus volúmenes en escultura. A la fotografía, le ha correspondido capturar su diálogo con la luz y con la sombra, como demuestra el trabajo de Pérez Giralda.