Alvaro del Portillo, presidente de la sociedad, nombrado prelado
Juan Pablo II erigió ayer en prelatura personal a la sociedad sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei. El anuncio de la decisión del Papa había sido dado oficialmente por la Santa Sede el día 23 de agosto pasado. En aquella fecha se dijo, sin embargo, que se retrasaría la publicación del documento pontificio por razones técnicas. Y ayer, a los tres meses y cuatro días, la sala de Prensa del Vaticano entregó el tan esperado documento.
Se trata de una declaración emanada por la sagrada congregación de obispos a la que acompaña un comentario del cardenal Sebastiano Baggio, prefecto de dicha congregación y que ha sido el alma de la victoria ganada por el Opus Dei, que ha conseguido con Juan Pablo II un reconocimiento oficial y un Estado jurídico que no habían conseguido ni con Juan XXIII ni con Pablo VI y que Juan Pablo I no pudo firmar antes de morir.El cardenal Baggio en su comentario oficial, afirma que los miembros del Opus Dei compartirán su dicha "con todos los hombres de recta voluntad". El prefecto de la congregación de obispos de la que ahora pasa a depender el Opus y que ha sido siempre uno de los cardenales romanos más entusiastas de la obra, parangona este acontecimiento a "alegría de un nacimiento".
Junto con el documento oficial de la elección del Opus a la prelatura personal, la Santa Sede comunicó ayer el nombramiento de Alvaro del Portillo como prelado. Algunos esperaban que podría haberlo hecho obispo, pero en la práctica es lo mismo. Del Portillo será como un obispo para la gran diócesis espiritual de los miembros del Opus Dei, sacerdotes y seglares. Lo que más ha chocado de la declaración oficial publicada ayer, de la cual el Papa "ha aprobado, confirmado y ordenado su publicación", es que es exactamente la misma que estaba ya preparada cuando el 23 de agosto el Papa dio el anuncio. ¿Por qué no se pronunció entonces? ¿Cuáles eran las razones técnicas aludidas por el Vaticano? En realidad nadie lo sabe. Sobre ello se especuló mucho en estos meses pasados. Se dijo que encontraba dificultades al texto ante algunos teólogos de la congregación del ex Santo Oficio, que tuvieron que analizarla, que se retrasé porque hubo protestas de algunos obispos que querían conocer antes el texto definitivo. También se dice que el cardenal Baggio prefirió esperar "para que se calmaran las aguas" después de las polémicas desatadas en sectores de algunos episcopados por el anuncio del Papa, y hasta que el documento no convenció completamente al Opus, que hubiera preferido mayor autonomía en relación con los obispos locales, aunque el Opus ha desmentido siempre categóricamente este extremo. Probablemente todo fue más sencillo. Por ahora se queda como asunto para los apasionados de historia.
Lo importante, según afirma el cardenal Baggio, como si quisiera aún tranquilizar a aquellos obispos que han aceptado con cierta perplejidad la aprobación del Opus como prelatura personal, es que se trata de una decisión que ha sido tomada por el Papa "mirando al bien de toda la Iglesia".
Y esto no sólo en línea de principio, dice el cardenal, sino por dos motivos bien concretos. El primero es que "entre los miles de sacerdotes y seglares de la prelatura se encuentran fieles de 87 nacionalidades y de todas las razas, cultura y condición social". Para ellos, dice Baggio ésta es la hora del reconocimiento oficial de "su identidad fundacional". El segundo es que "este claro reconocimiento del carisma fundacional" redundará en bien de toda la Iglesia "reforzando el específico servicio pastoral que esta benemérita institución presta desde hace más de medio siglo en todo el mundo".
Esta aprobación había sido dada por el Papa el día 5 de agosto de este año al propio cardenal Baggio durante una audiencia personal. La declaración oficial de la congregación de obispos lleva la fecha del 23 de agosto, el día que Juan Pablo II dio el anuncio. Lo cual demuestra que se trata del mismo documento de entonces, que no fue retocado y que por tanto, los motivos de su no publicación en aquel momento hay que buscarlos por otro lado. Para justificar la total consonancia de esta aprobación del Opus, que es la primera institución de la Iglesia erigida por ahora a prelatura personal, el cardenal Baggio afirma que se ha tratado en realidad sólo de una aplicación práctica de una nueva "estructura eclesiástica ya preordinada por el Concilio".
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