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Preparada la compra de aviones para la Armada y el aplazamiento del contrato sobre los F-18

El subsecretario de Defensa, Eduardo Serra, viajó ayer a Washington para entrevistarse con representantes del Departamento de Defensa norteamericano y de la empresa McDonnel Douglas, a fin de obtener un aplazamiento de la firma del precontrato para la adquisición de los aviones F-18A, cuyo plazo concluye a finales de este mes. También está previsto que mantenga conversaciones sobre la adquisición de doce aviones AV-8B, para dotación del portaeronaves Príncipe de Asturias, operación que está prácticamente concluida.

Fuentes de la McDonnell han manifestado repetidas veces a la agencia Efe que, por su parte, están dispuestos a conceder la prórroga, y responsables económicos gubernamentales han indicado que "en caso de que no hubiera acuerdo, se accedería a que la firma se produjera antes del próximo día 1". Prueba de ello es la autorización dada por el Consejo de Ministros, en su última reunión, para el pago de ocho millones de dólares (960 millones de pesetas) como entrega a cuenta para el contrato definitivo.El Ministerio español de Defensa ha preferido arriesgar esa cantidad, por si el futuro Gobierno socialista decidiera abandonar el programa de compra, que comprometer a España en la aceptación de futuros incrementos de precios por esa adquisición.

A lo largo de sus tres días de estancia en Estados Unidos, Eduardo Serra se entrevistará con representantes del Departamento de Defensa, de la Marina y de la empresa constructora.

Supuestas presiones marroquíes

Por otro lado, las presiones que Marruecos está realizando sobre el Gobierno estadounidense para hacerle ver "la peligrosidad del trasvase tecnológico sofisticado a un Gobierno socialista", con respecto a la venta a España de los 84 aviones F-18A, podrían añadir difícultades a su compra, según Eduardo Serra. La inquietud de Marruecos viene motivada porque el F- 16 con que será dotado dicho país es técnicamente inferior a el F-18A que recibirá España.La superioridad de este último aparato parece haber despertado inquietud en Rabat, pese a las deficiencias observadas en las pruebas realizadas recientemente por la Armada norteamericana respecto al pedido de dichos aviones realizado para su propia dotación de armamento. Algunos problemas relacionados con la autonomía de vuelo del F-18A fueron descubiertos en pruebas realizadas por pilotos especializados de la Marina de los Estados Unidos, como reveló recientemente el diario norteamericano The Washington Post. De acuerdo con dicha versión, los aparatos a los que el F-18 debía sustituir demostraron tener más autonomía que el nuevo modelo de avión, en este caso destinado a la dotación de barcos de la Armada norteamericana.

No obstante, el Departamento de Defensa de dicho país se apresuró a aclarar que por el momento no había rectificaciones respecto a sus previsiones de compra de dicho avión, y en el mismo sentido envió un informe al Ministerio español de Defensa.

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Por lo que se refiere a los aparatos de despegue vertical AV-8B, la operación está prácticamente concluida, e irían destinados, básicamente, a dotar de aviones al portaeronaves Príncipe de Asturias. A partir de octubre de 1986, la Armada española recibirá un avión cada mes, hasta completar el pedido total.

La entrada en servicio de este barco, el más moderno de la Marina, está prevista precisamente para dicho año. Con ello se renovará también el grupo aeronaval de la Armada.

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