Aparente resistencia de Alfonso Guerra a formar parte del próximo Gobierno socialista

Ninguna reacción oficial ni oficiosa se registró ayer en medios socialistas respecto a la composición del primer Gobierno de Felipe González, anticipada por este periódico. Dentro de la política de total hermetismo que el tándem Felipe González-Alfonso Guerra practican desde el mismo momento en que se conoció la victoria absoluta del PSOE en las elecciones legislativas, continúa sin conocerse la fecha exacta de la investidura de Felipe González como presidente del Gobierno.

La falta de información sobre los proyectos inmediatos de los socialistas llega al extremo de que sus propios diputados y miembros de la Ejecutiva acuden a los periodistas en demanda de noticias. Algunos destacados dirigentes del PSOE, consultados ayer, confesaron haberse enterado de la formación del futuro Gobierno por lo publicado en este periódico. Uno de los elementos de mayor desconcierto dentro del propio partido lo constituye la insistencia de Alfonso Guerra en los dos últimos días en que no desea formar parte del Gobierno, cuando en los planes de Felipe González figura como vicepresidente único.Aunque Alfonso Guerra nunca ha aceptado abiertamente el papel de vicepresidente in pectore que se le venía atribuyendo desde hace semanas no ha sido hasta el miércoles pasado, el día previo a la sesión constitutiva de las Cortes, cuando trascendió la aparente resistencia del segundo hombre del PSOE a formar parte del Gobierno. Es un hecho comprobado que Alfonso Guerra sostiene ahora con tesón la conveniencia de permanecer alejado del Gobierno y reservarse el papel de portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, sin que esto lo considere incompatible con la dirección del equipo de asesores del Presidente en el que se ha querido ser el núcleo fuerte del próximo Ejecutivo. Sin embargo, ni el propio Guerra está convencido de que su deseo vaya a ser atendido.

Secretarios de Estado

Alguno de los aspirantes a ministerio que no figura en la lista quiere ver en esta actitud de Guerra un indicio de distanciamiento entre el vicesecretario general del PSOE y Felipe González. Sin embargo lo que parece probable es que a la vista de la configuración del futuro Gobierno, compuesto fundamentalmente por personas que no se caracterizan por su acendrado guerrismo sino más bien por todo lo contrario, el propio Guerra pretende convencer a Felipe González de que acaso fuera más funcional su permanencia fuera del Gobierno, pero controlando la acción de¡ Ejecutivo desde el poderoso equipo de Presidencia, en el que también le está reservado, al parecer, un papel importante a Joaquín Almunia, un hombre próximo a Guerra.

Al margen de la composición del Gobierno ya anticipada empiezan a circular, con todas las reservas propias del caso, otros nombres como posibles subsecretarios o secretarios de Estado, tales como Enrique Linde, el redactor de la ley de divorcio que Francisco Fernández Ordoñez defendió desde UCD, como número dos en Justicia; Julio Feo, estrecho colaborador de Felipe González durante la campaña electoral, como secretario de Estado para la Información o incluso Joaquín Rodríguez Suárez, ex director de la Escuela de Estudios Penitenciarios, como próximo director general de Prisiones, un cargo que al parecer estaba resultando de muy difícil cobertura.

Este último nombre se ha barajado junto con otros, entre ellos el del fiscal Juan José Martínez Zato, que no aceptó la propuesta.

El proceso de trasmisión de poderes prosigue con normalidad. Ayer se iniciaron las primeras reuniones en el Ministerio de Economía y Comercio, entre su titular, Juan Antonio García Diez, y los socialistas Luis Velasco y Julián García Valverde, reuniones que proseguirán la semana próxima. También se trabajó ayer en la trasmisión de poderes en el Ministerio, del Interior.