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Reportaje:

Dos equipos catalanes compiten por el primer 'bebé-probeta' español

Unas 120 mujeres están en las listas de espera de los ginecólogos que trabajan en la fecundación 'in vitro'

Alrededor de 120 mujeres están en las listas de espera de los dos equipos de ginecólogos catalanes que han iniciado la carrera por conseguir el primer bebé probeta de España. El Centro de Fertilización y el Instituto Dexeus han seleccionado cuarenta y ochenta mujeres cada uno, que reúnen las condiciones para someterse a esta apasionante aventura científica de fertilizar un óvulo en el laboratorio y reimplantarlo de nuevo en la madre. Este fin de semana se ha celebrado en la sala de actos de la Clínica Quirón de Barcelona un Simposium sobre Fertilidad y Reproducción Humana que ha reunido importantes científicos, entre ellos los equipos que esperan conseguir un éxito en este campo para 1983.

El doctor Pous Ivern, del equipo del Cefer, explica el proceso que se sigue para conseguir un bebé probeta: "La fertilización in vitro consiste en la fertilización de un ovocito humano en un medio de cultivo exterior al propio cuerpo de la mujer. Hay que deducir el momento exacto en que el ovocito se acerca al ovario, momentos antes de la ovulación, retirándolo entonces mediante laparoscopia. A continuación, el ovocito se pone en contacto con los espermatozoides, alrededor de un millón, y en los horas siguientes se observa si el embrión multiplica el número de sus células. Cuando alcanza las dieciséis se ha alcanzado ya un primer éxito. El segundo consistirá en la anidación del ovocito en crecimiento en el cuello del útero. Si esta fase se supera, estará en camino un bebé probeta".

Superar la microcirugía

La fertilización en el laboratorio se intenta cuando la microcirugía fracasa en la resolución de la esterilidad, a causa de problemas en las trompas. El doctor Pere Nolasc Barri, del Instituto Dexeus, comenta a este respecto: "Cuando la microcirugía no aporta solución o cuando la mujer por alguna razón no puede ser intervenida quirúrgicamente, es el momento en que debe intentarse esta técnica. Nuestra labor como ginecólogos consiste en interpretar las pruebas a que son sometidas las pacientes por parte de la bioquímica y la ecotomografía (diagnóstico por ultrasonidos). El estudio constante de las condiciones de la paciente permite elegir el momento oportuno para efectuar la laparoscopia, consistente en la pesca del líquido que contiene el ovocito, tras visualizar, a través de un tubo, los ovarios y captar el folículo más maduro".En este instante entran en el proceso otros especialistas, encargados de encontrar el óvulo en el líquido extraído, aislarlo y depositarlo en un cultivo. Cuando el científico considera que es el momento adecuado para la fecundación, aproximadamente al cabo de cinco horas, pone en contacto el ovocito con semen del padre, alrededor de un millón de espermatozoides, y se espera a una posible fecundación. Las posibilidades de fecundación en el laboratorio son algo inferiores a las de una pareja que realice el acto sexual en los días de óptima fertilidad. Sin otras complicaciones, estas operaciones pueden realizarse repetidas veces.

Exitos con ratones

El andrólogo Simón Marina trabaja paralelamente en los dos proyectos catalanes para coronar con éxito el primer bebé probeta nacido en España. El ha explicado a EL PAIS que "desde 1979 en mi laboratorio estamos consiguiendo resultados positivos con ratones. En el último año, las experiencias han sido óptimas, lo que nos permite creer que estamos en la recta final del proceso, que debe conducir a experimentar con el hombre, ya que, por otro lado, no hay ningún riesgo adicional". En opinión del doctor Marina es más fácil conseguir la fecundación artificial en ratones, ya que estos tienen una capacidad reproductora mayor, de ocho a diez crías, lo que permite elevar el índice de éxitos. "Los mayores problemas estriban en encontrar óvulos a punto, pues hay veces que rescatamos algunos demasiado inmaduros u otros demasiado degenerados. Pero también hay importantes problemas que salvar en la implantación, que compete al ginecólogo".El óvulo le llega al andrólogo en un tubo de ensayo, que contiene cuatro o cinco centímetros cúbicos de líquido donde se supone que hay ovocitos a punto de ser fertilizados. "Con el esteremicroscopio, que multiplica la visión cincuenta veces observo su presencia o ausencia. En una placa térmica, que se mantiene a 37 grados, vierto el líquido, detecto el ovocito, lo aislo y preparo. Es una operación rápida, esterilizada perfectamente, que culmina con la incorporación del semen, que contiene los nutrientes necesarios. Al final, introduzco el resultado en la incubadora".

El andrólogo Marina expone que a finales de año empezarán estas experiencias, tres o cuatro por semana. En esta primera etapa no se cobrarán honorarios médicos, por lo que el cliente pagará solo unas 100.000 pesetas, es decir los gastos de laboratorio. "El doctor Patrick Steptoe para lograr la fertilización de la madre de Louise, hace exactamente cinco años, realizó más de cien pruebas. En Alemania, el éxito ha llegado a las treinta. Es muy probable que en España obtengamos la primera fecundación con treinta o cuarenta"

"No hay guerra"

Desde que Louise Brown viniera al mundo el 25 de julio de 1978 en Bristol, Gran Bretaña, gracias a doce años de estudios del biólogo Robert Edwards y del médico Patrick Steptoe, han nacido bebés probeta en Francia, Alemania, Australia, EEUU y Gran Bretaña. Italia, Suiza y la India tienen embarazos en curso. Louise Brown, que pronto tendrá dos hermanos mellizos probeta, es hoy una señorita de cuatro años, con una larga cola de caballo rubia, que pesa 25 kilos. Parece mayor, hay quien le echa 6 años, y apunta a tener una inteligencia superior. Lleva una vida normal, porque nada, excepto su especial fecundación, ha sido anormal en su vida. Su especial fecundación y el trato informativo que tuvo cuando, con doce días, fue mostrada a los medios de comunicación de todo el mundo que se apiñaban en su casa para reflejar su imagen, la imagen de una esperanza para muchas parejas, que no podían tener descendencia por un problema en el organismo femenino. Louise, sin saberlo, es hoy una bandera y la mejor publicidad de un procedimiento revolucionario, pero en absoluto peligroso.Los doctores Pous Ivern y Pere Nolasc Barri aseguran cada uno por su parte que no hay guerra entre los dos equipos, como lo demuestra que participen en congresos conjuntamente, contando sus avances. Sin embargo, resulta difícil escapar al prurito científico de ser los primeros. Esta semana el equipo de Cefer convocó una rueda de prensa en la que se expusieron sus experiencias en este campo, aprovechando la realización del congreso de Fertilización y Reproducción Humana, que no ha sentado demasiado bien al equipo Dexeus. Pero, en cualquier caso, esto es la anécdota de unas investigaciones que evidencian el cualificado nivel de la ginecología en España.

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