Los acupuntores catalanes quieren acabar con los 'amateurs' de las agujas

Tres años de estudios de acupuptura, según el programa homologado por el Hospital de Pekín, y 1.500 horas de prácticas, además de conocimientos básicos de anatomía, fisiología, terapéutica y otras disciplinas fundamentales de la medicina occidental, son los requisitos que exige la Societat d'Acupuntors de Catalunya (SAC) para reconocer una categoría profesional a los centenares de acupuntores que practican públicamente esta antiquísima tradición china.

Con dicha medida, la SAC, que cuenta con unos cien miembros, y que es la única sociedad de acupuntores con poder jurídico que funciona en España, pretende salvaguardar el prestigio de su profesión, amenazada por el amateurismo y la proliferación de cursillos acelerados, algunos de ellos por correspondencia."Los promotores de estos cursillos prometen explicar en quince o veinte días una ciencia como la acupuntura, que, con sus 5.000 años de historia, tiene un complejísimo trasfondo filosófico, insondable muchas veces para la mentalidad occidental", explica Miguel Aguirre, presidente de la SAC.

En manos inexpertas las agujas del acupuntor pueden convertirse en un instrumento de tortura física o psicológica, e incluso "provocar dolores y trastornos, aunque difícilmente encierran un peligro mortal", asegura Miguel Aguirre. "En todo caso, nuestra preocupación principal es impedir el desprestigio de una actividad que debería ser reconocida oficialmente por las Facultades de Medicina".

En opinión de los miembros de la SAC, este reconocimiento no debe consistir en la creación de una nueva especialidad, sino de una carrera independiente, "pues al estudiarla como una rama de la medicina occidental", comenta Miguel Aguirre, "los conceptos y errores que ésta entraña se verterían en la acupuntura, anulando en gran parte su operatividad".

"La acupuntura no es la panacea", admite el presidente de la SAC. "Cura una serie de dolencias y suple algunos sectores de la cirugía y de la farmacopea. Su aplicación es aconsejable, sobre todo, en afecciones reumáticas, trastornos digestivos o depresiones nerviosas. También se ha utilizado con éxito como un método de eliminar la anestesia en las intervenciones quirúrgicas. La eficacia de los resultados dependen fundamentalmente de los conocimientos del acupuntor y hay que decir que acupuntores realmente buenos no hay muchos en España".