Ramón Hernández presenta 'Eterna memoria', alegato contra la guerra
"Eterna memoria es un alegato contra la guerra y contra la alienación del ciudadano en manos de los poderes fácticos", dice Ramón Hernández, autor de la novela, presentada ayer por el escritor J. J. Armas Marcelo y José María Alfaro, en su nueva edición a cargo de la editorial Argos Vergara.La novela, que en 1974 obtuvo el premio Hispanoamericano Villa de Madrid, y que en ese mismo año fue editada por Planeta, se reedita ahora en la colección En Cuarto Mayor, de Argos Vergara. "El libro, que va a ser traducido por una importante editorial norteamericana y que ya ha sido traducido para una inglesa", dice Ramón Hernández, "estaba agotado tras una tirada muy corta. Entre toda mi obra, es la novela que prefirieron publicar sus nuevos editores, y yo estoy especialmente satisfecho, porque esa fue para mí una novela de ruptura".
Lo cierto es que la novela costó ocho años de escritura, en un proceso que Ramón Hernández define así: "Yo nunca he hecho una novela estrictamente realista, pero esta fue más ambiciosa que el resto de las mías, y seguramente, más voluntariamente universalista, rompiendo un poco con esas supuestas características nacionales de la novela española. Es un libro que para mí fue muy importante, tanto por los temas como por la estructura novelística, mucho más compleja, a que obligaban estos mismos temas".
La historia, o mejor, las historias, tienen un primer hilo conductor en la pérdida de una identidad. "El protagonista, Ernesto Obermaidan, es un pintor que vive, rompiendo la tradición militar de su familia, en la bohemia de París. De ese mundo le arrebatan tres personajes simbólicos, Otis, Miller y Abigail, que representan las poderosas fuerzas secretas internacionales y que le convierten en el sujeto de una guerra mundial. Quienes le conocían ya no le conocen, y en cambio, muchos a quienes él no conoce le saludan como de toda la vida... En fin, él es, o puede ser, otro: desde ahí persigue su propia identidad".
Los nombres en las novelas de Ramón Hernández son siempre claves simbólicas para entender los personajes. "Y 0berrnaidan", dice, "es el nombre del engaño para la muerte. Así llamaron los nazis al campo de Treblinka para evitar el terror de los capturados judíos que conducían allí y la rebelión, que se hubiera producido con mayor intensidad si hubieran sabido que el final de su viaje era el gas de Treblinka, que sí se sabía. Obermaidan, en alemán, no significa nada".
En cuanto a la actualidad de esta novela, que recorre toda la historia contemporánea, está, dice Ramón Hernández, "en la triste actualidad de la guerra. Entonces era la aldea de My Lay en Vietnam. Ahora es la guerra Iran-Irak, los sucesos de Líbano o la guerra de las Malvinas".
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