Cuatro estrenos en el IX Festival Hispanoamericano de Música Contemporánea
Un concierto patrocinado por el organismo autónomo Orquesta y Coros Nacionales de España, cuya gerencia ostenta el compositor Tomás Marco, quedó inaugurado el pasado martes en el Teatro Real de Madrid el IX Festival Hispanomexicano de Música Contemporánea. El programa presentaba el aliciente de cuatro estrenos, uno de ellos del compositor Pablo Riviere y tres de los mexicanos Manuel J. de Elías, Francisco Núñez y Héctor Quintanar.
Una especial delicadeza tímbrica y mística placidez predomina en la obra de Riviere Aunque es de noche, título que suponemos hace referencia al mundo espiritual de san Juan de la Cruz, si bien puede haber sido extrapolado en la mente del autor.
A esta pieza siguió el Octeto para violín, contrabajo, óboe, fagot, trompa, trombón, trompeta y percusión, de Ramón Barce. Tiene esta pieza un cierto carácter lúdico y rememorativo de la Viena postmahleriana, y fue conducida, a nuestro juicio, con excesiva lentitud por parte de Encinar, quien tal vez quiso recrearse en su clima poético y en esas calidades contrapuntísticas siempre presentes en la obra del sabio y original armonista que es Ramón Barce.
Las puntillistas Piezas para la tarde, del joven y valioso Seco de Arpe, para trompa, clarinete, flauta, violín, violonchelo y percusión, ya oídas con anterioridad en Madrid, resultan atractivas por su variado carácter y encanto tímbrico.
Jarabe mexicano
La nota pintoresca de la velada surgió al comienzo de la segunda parte, reservada a autores mexicanos, y provino del Juego a cinco, para dos trompetas, trompa, fagot y percusión, de Manuel J. Elías, brevísimo scherzo en el que evocamos el jarabe mexicano a través de un mariachi ciudadano. Un buen ejemplo de mixtura entre tradición y modernidad.Menos interesantes nos parecieron los tres movimientos llamados Aspectos, de Francisco Núñez, en los que, aparte de un lenguaje bien aprendido, no hallamos nada relevante en su composición.
Otra cosa es el Doble cuarteto para los usuales de cuerda y madera, de Héctor Quintanar (1936), una de las figuras clave de la música mexicana actual, fundador y director del estudio de música electrónica del Conservatorio de la ciudad de México.
El Doble cuarteto de Héctor Quintanar fue compuesto hace más de quince años, en el periodo en que su autor era ayudante de Chávez en el taller de composición que luego pasaría a dirigir. La obra tiene toda la solidez y el gran oficio de este compositor mexicano.
El variado programa fue expuesto, con gran riqueza de matices y conocimiento de las líneas estilísticas que imperan en la composición contemporánea, por el Grupo Koan y José Ramón Encinar, cada día más versátil y seguro en su cometido directorial.
Babelia
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