España, contraria a la propuesta italiana de adhesión por fases
España no está interesada en una adhesión por fases, tal y como ha propuesto el Gobierno italiano, según fuentes oficiosas para las que la rápida integración de nuestro país en la Comunidad Económica Europea (CEE) es posible con las fórmulas tradicionales. Dentro de esta línea de proseguir las negociaciones normalmente, ayer se celebró en Bruselas una nueva sesión de conversaciones hispano-comunitarias a nivel de suplentes.Las mismas fuentes reconocían que el Gobierno italiano hacía prueba de buena voluntad con respecto al ingreso de España y comprendía la importancia de una negociación rápida o, al menos, no bloqueada como sucede actualmente. Sin embargo, la propuesta italiana -que tampoco tiene el apoyo de Francia o de la República Federal de Alemania- ofrece demasiados riesgos, al permitir que las fases no sean superables automáticamente, sino previo acuerdo del Consejo de Ministros de la CEE.
La sesión de negociación celebrada ayer consistió en un intercambio de documentos. La delegación española presentó dos informes sobre unión aduanera y relaciones exteriores. La delegación comunitaria, por su parte, precisó su postura en diversos problemas relativos a la CECA (carbón y acero) y a la propia unión aduanera. El secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Raimundo Bassols, mantuvo una conversación (entrevista) con su colega danés, presidente de turno del Consejo de la CEE, a fin de preparar la sesión de negociación a nivel ministerial prevista para el próximo día 26 en Luxemburgo. Según señaló Raimundo Bassols, no se habían producido avances importantes, pero existía al menos una cierta aproximación de la CEE a los puntos de vista españoles en estos dos capítulos. Sin embargo, estimó que era aún demasiado pronto para predecir si la sesión ministerial podrá llegar a algunos acuerdos concretos o terminar sin ellos, como ocurrió ' el mes de julio.
Bassols se negó a comentar las recientes declaraciones del ministro francés de la Pesca, Louis Lepensec, según las cuales Francia impedirá el acuerdo pesquero España-CEE para 1983, mientras que no obtenga garantías sobre la desaparición de la pesca salvaje que, según él, practican constantemente los barcos españoles en el golfo de Vizcaya. Medios diplomáticos, sin embargo, le restaron importancia, señalando que se trataba de una maniobra clásica antes de que se abran las negociaciones los próximos días 21 y 22 de octubre. En estas conversaciones para el acuerdo 1983, España va a solicitar una vez más que se amplíe el marco y se llegue a acuerdos de más larga duración, a fin de evitar la permanente discusión que tiene lugar cada mes de octubre.
En cuanto a la posible repercusión de los últimos intentos golpistas en la marcha de las negociaciones, Raimundo Bassols recordó que, tras el frustrado golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, diferentes instituciones de la Comunidad elaboraron ocho documentos, reiterando la voluntad política de la Comunidad Económica Europea de integrar lo antes posible a España. El secretario de Estado afirmó que era indudable la voluntad europea de acoger a una España democrática.
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