La 'sangre fría' de López Cobos salva una ópera de Verdi en Berlín
El estreno de la ópera La fuerza del destino, de Giuseppe Verdi, provocó en Berlín Oeste tumultos y casi la interrupción de la representación a causa de la escenificación de Hans Neuenfels, que convirtió la obra en un manifiesto antibelicista y anticlerical. La crítica destaca la dirección de la orquesta del español Jesús López Cobos, quien debido a su "sangre fría y valentía" consiguió que la representación llegase a su fin.Mientras que la escenificación de Neuenfels irritó al público de Berlín Oeste en su estreno y los abucheos y gritos estuvieron a punto de terminar antes de tiempo la representación, fue decisiva, sin embargo, la actuación de López Cobos. La crítica coincide unánimemente en destacar la dirección musical del director español, titular de la Orquesta de la Opera de Berlín Oeste. López Cobos estuvo soberano en su actuación, según el Frankfurter Allgemeine.
Al día siguiente del tumultuoso estreno, López Cobos estaba muy tranquilo y quitó importancia a lo ocurrido. Dijo que esperaban que pasara algo, porque Neuenfels es una especie de niño terrible de la escenificación.
La fuerza del destino iba a ser escenificada, según lo previsto en principio, por el autor español Francisco Nieva y cantada por Pilar Lorengar, pero al final no hubo acuerdo con el director de la Opera de Berlín Oeste. Las exigencias de Francisco Nieva de llevar una coreógrafa y un ayudante españoles para que adiestraran a los bailarines alemanes no fueron aceptadas. Francisco Nieva se proponía, según propias explicaciones, realizar un montaje muy español y en gran medida audaz, dado que la primera parte de la obra se desarrolla en Sevilla.
López Cobos dice que la ópera es dificil de escenificar, porque, o se tiende a hacerlo de forma muy tradicional, lo que resulta insoportable, o se hace como en Berlín esta vez y se arma el escándalo.
El director de orquesta español quita importancia a su intervención y dice que "musicalmente fue todo muy bien. En una determinada escena noté que se armaba el jaleo y traté de aplacar los ánimos con la orquesta, pero había un pianísimo del coro y en ese momento se armó el barullo mayor. Tuve que parar y dar marchas atrás, pero la interrupción duró sólo treinta segundos".
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