La elección de Kohl preocupa a los países del Este

Preocupación y contrariedad son las dos características principales de las reacciones habidas hasta ahora en los países socialistas europeos aliados de la Unión Soviética tras la elección de Helmut Kohl como jefe de Gobierno de la República Federal de Alemania.

En general, los comentarios difundidos dejan traslucir el temor de que el cambio político registrado el viernes en la República Federal de Alemania se traduzca en una actitud más dura respecto al bloque socialista y en una congelación de la política de distensión y acercamiento al Este, la ostpolitik, practicada por los socialdemócratas alemanes.

Las agencias oficiales de la República Democrática de Alemania y Checoslovaquia, ADN y CETEKA, respectivamente, han seguido con gran detalle e insólita rapidez la sesión del Parlamento alemán, que culminó con el relevo del socialdemócrata Schmidt por el democristiano Kohl.

AND destaca la petición de los socialdemócratas alemanes para que se celebren elecciones cuanto antes, y CETEKA afirma en un comentario que la política del nuevo Gobierno de la República Federal de Alemania será una política de derechas.

Según CETEKA, las primeras manifestaciones políticas de los principales dirigentes de la nueva coalición entre democristianos y liberales permiten creer que "el nuevo Gabinete se adherirá sin reservas a la orientación agresiva de la política del presidente Ronald Reagan y a la política armamentista de la Organización del Tratado del Atlántico Norte".

En Polonia la televisión subrayó anoche que "la elección de Kohl supone un claro giro a la derecha, y expresó sus temores sobre la eventual puesta en cuestión de los tratados entre la República Federal de Alemania y los países del Este que reconocen la división de Alemania y también las fronteras actuales entre Polonia y la República Democrática de Alemania, la llamada línea Oder-Neisse.