El Instituto Nacional de Industria cumplirá sus compromisos de pago internacionales, afirma su director financiero
El Instituto Nacional de Industria (INI) hará frente a los compromisos financieros que le correspondan, tanto de intereses como de principal, en el crédito internacional de 200 millones de dólares (22.500 millones de pesetas) a la empresa Aluminio Español, SA, en la que participa a través de ENDASA, pese a que tanto esta empresa nacional como el grupo francés estatal Pechiney Ugine Kuhlmann (PUK), su socio, dejaron pasar ayer un último plazo de gracia para hacer frente al citado pago.
Fernando Rubio, director financiero del INI, manifestó a este periódico que el INI correrá con los compromisos que le corresponden, a través de ENDASA, en el citado crédito, pero que no se hará cargo, por razones obvias, de la parte proporcional (un 26,67%) que pertenece a la empresa ALUGASA (Aluminio de Galicia, SA), en la que es mayoritario el grupo industrial francés PUK. El INI pagará al consorcio bancario internacional que dirige la entidad canadiense Orion una vez que, previsiblemente, se dé curso, en los tribunales británicos, al proceso legal de ejecución del crédito el próximo once de octubre.La firme declaración del Instituto Nacional de Industria (INI) tiene por objetivo aparente tranquilizar a la comunidad bancaria internacional, que ayer reaccionó con inusitada preocupación ante el temor de que el INI, en el conflicto que le enfrenta al grupo Pechiney sobre el futuro de Aluminio Español, ignore por vez primera en la historia sus compromisos crediticios en el mercado internacional de capitales. Tal acción causaría un daño irreparable a la buena calificación del Estado Español como prestatario en los mercados internacionales.
Por otra parte, ayer transcendió que Aluminio Español, cuya crisis financiera se hizo pública tras la suspensión de pago del mencionado crédito internacional, tiene pendiente próximamente otro pago trimestral de un préstamo de 150 millones de dólares que había concertado con un grupo mixto de entidades dirigido por el Banco de Bilbao. Asimismo, la polémica que mantienen los dos principales socios de la empresa española sobre su futuro ha impedido, a su vez, hacer frente a otra serie de compromisos financieros con varios bancos privados españoles.
Pulso político
Fuentes solventes reconocieron ayer que, en el transfondo de la crisis financiera de Aluminio Español, se esconde un pulso político, en mitad de una campaña electoral, entre el INI y el grupo francés estatal PUK. Al parecer, el grupo francés desea dar por concluida su relación con la empresa española en virtud de las instrucciones recibidas desde París al respecto. EL PAIS no pudo ayer confirmar este extremo, pese a los esfuerzos para localizar a Antonio Barrera de Irimo, presidente de ALUGASA y aparente interlocutor en España del grupo PUK.
Según fuentes contrastadas, el origen del problema se debe a la actitud mantenida por los representantes de ALUGASA en Aluminio Español, empresa en la que controlan el 20% de las acciones y en la que tienen riesgos avalados por más de 16.000 millones de pesetas. El grupo francés se negó, en la práctica, a cubrir una ampliación de capital de 19.000 millones que la. sociedad necesitaba para cubrir el déficit de explotación en que ha incurrido en los últimos años y que era necesario, además, para hacer frente a los costes financieros de una deuda global que debe superar los 100.000 millones de pesetas.
El deseo del grupo PUK de despedirse a la francesa, según expresión de una fuente próxima al consejo de Aluminio Español, se constató con su actitud negativa ante el pago del plazo trimestral de intereses de los 200 millones de dólares, desconociéndose aún si lo hará frente, en última instancia, el próximo once de octubre, cuando el consorcio bancario internacional ejecute (acelere, en el lenguaje bancario) el crédito en los tribunales británicos acogiéndose a la claúsula de cash defficiency agreement (falta de liquidez del prestatario) del mismo.
Postura francesa
Fuentes francesas declararon ayer a EL PAIS, sin embargo, que la actitud del grupo Pechiney ha sido una constante a lo largo de la historia de Aluminio Español, sociedad a la que consideró sin futuro mucho antes de la inauguración de su planta de San Ciprián (Lugo), hace ahora menos de dos años. El grupo, que atraviesa sus propias dificultades en el resto de sus actividades europeas, mantiene que la solución de Aluminio Español pasa por medidas drásticas, incluido el cierre de la planta de obtención de la materia prima para la fabricación de aluminio. A su juicio, es absurdo fabricar alúmina y aluminio en un país que no tiene ni bauxita ni energía barata, los dos únicos ingredientes necesarios para hacer el metal.
Precisamente, los dos grupos ahora enfrentados en la cuestión financiera tienen, a la vez, un contencioso irresuelto sobre el precio de la alúmina (materia prima) que Alúmina Aluminio, sociedad filial de Aluminio Español, vende a Aluminios de Galicia (ALUGASA), accionista a su vez de esta última. Al parecer, ALUGASA no quiere pagar a Alúmina Aluminio los costes financieros adicionales que encarecen el precio de la materia prima. El contencioso se ha agravado tras la brutal caída (más del 100%) de los precios internacionales del aluminio registrada en los dos últimos años.
Justificación del impago
Fernando Rubio manifestó ayer a EL PAIS que las razones por las que el INI no había hecho frente a los compromisos que tenía, a través de ENDASA, en el crédito sindicado de 200 millones de dólares eran los siguientes: 1) con el pago no se evitaba el default del crédito; 2) en tres meses se repetiría la situación sin que se hubiese encontrado una solución global al sector del aluminio en España, donde el INI tiene mucho que decir; y 3) el prestigio del INI como prestatario hubiese perdido muchos más puntos si pagara créditos internacionales cuando tiene préstamos vencidos con la banca privada internacional.
El director financiero del INI se mostró disconforme con la interpretación que algunos bancos acreedores de Aluminio Español estaban dando a la suspensión del pago de los intereses del eurocrédito. Añadió que la máxima preocupación del INI era defender su calificación crediticia.
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