El Gobierno hondureño opta por negociar para resolver el secuestro de los 80 rehenes
, El batallón hondureño Cobra, especializado en la lucha antiguerrillera, ha sufrido cinco bajas en su último intento de desalojar por la fuerza a los diez guerrilleros que desde el viernes ocupan la Cámara de Comercio de San Pedro Sula, donde mantienen aún a ochenta rehenes, entre ellos los ministros de Economía y de Hacienda.
Tras esta operación fallida, el Gobierno ha declarado que renuncia al uso de las armas y que tratará de resolver el asunto mediante negociaciones. El día de ayer se consideraba clave para llegar a un acuerdo.La incorporación del nuncio apostólico, Andrea Cordero Lanza, a la comisión mediadora ha hecho que el comando cinchonero libere a cuatro personas más, en tanto que son ya cinco los retenidos que lograron evadirse saltando por las ventanas. Con esto, el número de rehenes se reduce a ochenta.
El diario de Tegucigalpa El Tiempo ha publicado un manifiesto de los cinchoneros, en el que éstos explican que han recurrido a la lucha armada porque se han roto todas las posibilidades de diálogo con el Gobierno de Roberto, Suazo. La publicación de este documento era la primera condición de los rebeldes para avanzar en las negociaciones con el Gobierno.
Es poco probable que las autoridades de Tegucigalpa puedan cumplir las exigencias del comando: derogación del decreto antiterrorista, liberación de setenta presos políticos, cese de la represión contra organizaciones populares, retirada de la comunidad democrática centroamericana, expulsión de asesores militares extranjeros, cese de la intervención hondureña en El Salvador, desmanteIamiento y expulsión de las bandas somocistas e inversión de la ayuda estadounidense en proyectos de asistencia social.
A primeras horas de la tarde de ayer era esperado en el aeropuerto de San Pedro Sula un avión especial fletado por la presidencia para sacar del país al comando guerrillero. Es probable que éste se conforme finalmente con la publicidad dada a sus planteamientos y, quizá, con la liberación de algún preso político de la lista que presentó.
La publicación del manifiesto no ha impedido al jefe de las fuerzas de seguridad pública afirmar que desconoce las exigencias de los guerrilleros, para asegurar luego que muchos de los que figuran en la lista son en realidad extranjeros indocumentados que fueron enviados a sus países de origen.
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