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El endeudamiento de los países latinoamericanos puede afectar sensiblemente a los beneficios de la banca española en 1982

Los problemas financieros planteados por varios países latinoamericanos pueden afectar sensiblemente a los beneficios del sector bancario español en 1982. Los ocho primeros bancos del país, a excepción del Popular, que prácticamente no actúa en aquellos países, tienen un alto nivel de riesgos contraidos con esos países, que preocupa tanto a los bancos como a la autoridad monetaria. En los últimos días se mantienen reuniones encaminadas a encontrar una solución a la más que probable moratoria en el pago de los intereses y amortizaciones de estos créditos.Círculos bancarios privados calculan que sólo en el caso de México las cantidades que tienen comprometidas los bancos españoles estarían situadas entre los 1.000 y los 2.000 millones de dólares (entre 100.000 y 200.000 millones de pesetas). Argentina, Cuba y otras naciones de esa zona completan la lista de los países con problemas para hacer frente a los pagos de su deuda y en los que la banca española se encuentra atrapada.

Las posibilidades de que los bancos españoles, al igual que lo están haciendo los principales bancos estadounidenses, empiecen a dedicar parte de sus resultados a provisión de los fallidos procedentes de estas naciones plantean graves problemas para buena parte de los grandes bancos que en los últimos años han destinado una parte importante de sus actividades a la línea internacional, tanto por la vía de los créditos puros como de las operaciones financieras que acompañan a un esfuerzo exportador de la economía española.

El problema que se plantea en estos momentos es la magnitud de este fondo de aprovisionamiento de fallidos y la incidencia que tendrá sobre el nivel de resultados de la banca en 1982. No se puede olvidar que el conjunto de la banca privada presentó en 1981 unos resultados cercanos a los 120.000 millones de pesetas, concentrados especialmente en los obtenidos por los siete grandes bancos. Si el nivel de riesgo de la banca española con los países latinoamericanos -que se concentra fundamentalmente en los siete grandes, más alguno mediano- supera los 3.000 millones de dólares (más de 300.000 millones de pesetas), la creación de un fondo para fallidos tiene que provocar problemas a la hora de que las cuentas de resultados de estas instituciones financieras presenten un perfil al menos similar al del año pasado, en el que el crecimiento de los beneficios fue sustancial. Hay que tener en cuenta que decidir que el fondo de provisión de fallidos alcanzara al 10% del riesgo significaría inmovilizar una cantidad cercana a los 30.000 millones de pesetas, en tomo al 25% del total de beneficios del año pasado.

Todo ello, a pesar de que buena parte de los riesgos financieros contraídos por los bancos españoles con estos países proceden de créditos comerciales que están asegurados por el CESCE, consorcio español de seguro del crédito a la exportación. Este aseguramiento coloca estos créditos fuera de la calificación estricta de morosos y traslada una parte del problema al propio CESCE, que puede encontrarse en una situación difícil si finalmente tiene que hacer frente a unos pagos de tan importante cuantía.

Tras la banca norteamericana, algunas de cuyas instituciones tíenen hasta el 30%, de su cartera en México y otros países latinoamericanos, la banca española es la más afectada por la difícil situación por la que atraviesan los países latinoamericanos.

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