La Iglesia y los campesinos
"Por primera vez he visto brillar la esperanza en los ojos de los pobres". Así se expresó, durante suPasa a la página 10
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visita a Nicaragua, esté verano, el poeta maestro de poetas, católico y catedrático de la Universidad de Barcelona, José María Valverde, tras participar en una entrega de tierras a campesinos sin nada de una de las zonas más abandonadas de aquel país. Organizados en cooperativas, con ayuda técnica y financiera, los pequeños agricultores han pasado en tres años de cultivar el 3% hasta el 20%. actual del total.
Muchos de estos campesinos pertenecen a comunidades cristianas que participan activamente en la revolución. Algo parecido sucede también con los obreros urbanos. ¿Será esta una de las causas de los continuos ataques armados, de la desinformación y tergiversación de sucesos, del intento de enfrentar a la Iglesia contra la revolución?
Algo están logrando, no cabe duda. Declaraciones como las de Morataya en este periódico contrastan en todo con la actitud de diálogo y sensatez demostrada por sus superiores religiosos para la solución de los conflictos de Masaya, diócesis de Obando, siendo así que lo menos que podía haber hecho es callarse humildemente y rezar, por ser uno de los responsables morales de la agudización de los hechos y de la consiguiente muerte de dos personas, ambas sandinistas. Afortunadamente, esos campesinos que reciben tierras también son cristianos y, en comunión con sus obispos y la Iglesia universal, estamos creando algo nuevo.
Como dijo el profeta Isaías y recogen los evangelistas, muchos no entienden, ni oyen, ni ven, aunque se crean los primeros cumplidores de la ley. / , OP. .
