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El Gobierno argentino inicia las conversaciones para la renegociación de su deuda exterior

El Gobierno argentino ha iniciado las conversaciones previas con sus acreedores extranjeros para la refinanciación de su deuda exterior, cuyo importe supera los 36.600 millones de dólares. El acuerdo alcanzado con el Reino Unido para poner término a las sanciones económicas y financieras impuestas mutuamente con motivo de la guerra de las Malvinas se interpreta en medios económicos solventes como el primer indicio de la voluntad de Buenos Aires de llegar a una solución permanente para su crítica situación financiera a través de negociaciones.

Las conversaciones iniciales para la renegociación de la deuda exterior argentina comenzaron, de hecho, durante la reciente asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial, celebrada la semana pasada en Toronto. El ministro de Economía argentino, Jorge Wehbe, presentó ante el organismo mundial la solicitud formal de su Gobierno para que el FMI le asista en el pago de sus compromisos exteriores. Una misión del FMI tiene previsto salir en los próximos días hacia Buenos Aires para estudiar el caso.Mientras tanto, el ministro argentino ha iniciado en Nueva York, de regreso de Toronto, los contactos iniciales con la banca privada mundial (a la que debe 27.700 millones de los 36.600 millones de dólares) para justificar el retraso que Argentina tiene, desde el pasado mes de abril, en el pago de los servicios de su deuda, incluidos los intereses. El objetivo del Gobierno de Buenos Aires se orienta a buscar la comprensión internacional a su problema y alejar la impresión extendida en medios financieros de que Argentina puede ser el próximo México.

El problema argentino, sin embargo, es de unas proporciones muy similares al azteca. Pese a que el importe global de su deuda apenas llega a la mitad, Buenos Aires debe pagar 12.000 millones de dólares, entre intereses y principal, de aquí a final de año. Además, Argentina debe 2.000 millones de dólares adicionales en pagos no satisfechos en su día, ya que desde el pasado abril, no ha hecho frente a casi ninguno de sus compromisos.

Medios financieros internacionales esperan que el acuerdo alcanzado con el Gobierno británico, que ha descongelado unos 1.200 millones de dólares que Buenos Aires tenía depositados en bancos ingleses, permitirá hacer frente a gran, parte de esta deuda atrasada. Lo que haga Buenos Aires con este dinero se considera decisivo a la hora de clarificar las intenciones que la Junta Militar argentina pueda tomar para hacer frente a su difícil situación económica.

Política liberal

La deuda exterior argentina se ha multiplicado por ocho desde el año 1975, como consecuencia de las políticas liberales y friedmanianas que el ministro de Economía, José Martínez de Hoz, impuso en el país desde entonces. La dimisión de Martínez de Hoz a principios de este año no ha resuelto, sin embargo, los graves problemas económicos argentinos, que se han visto, a su vez, incrementados como consecuencia de la guerra de las Malvinas con el Reino Unido. Para mayor abundancia, los sucesores del liberal De Hoz mantuvieron, algún tiempo la política anterior, que estimulaba las importaciones y el endeudamiento en divisas, hasta que una serie de devaluaciones ha hecho casi imposible la continuación de la cadena.El problema argentino ha dejado a la banca internacional, principalmente a. la norteamericana, británica y española, en una dificil situación. El nivel de riesgo de estas instituciones con el país latino americano es tan elevado que su suerte ha quedado vinculada, en cierto sentido, a la solución del problema. Los bancos norte americanos, entre créditos privados y públicos, tienen más de 8.000 millones de riesgo en Argentina. Los españoles, entre deuda pública y privada (principalmente comercial) alcanzan entre los 4.000 y 4.500 millones de dólares, según estimaciones de una fuente privada.

Aunque en el caso español medios oficiales señalan que esta cantidad (la comercial) puede ser recuperada, en caso de insolvencia definitiva, por medio de la Compañía Española de Seguros para el Crédito a la Exportación (CESCE), allí donde se haya segurado, la garantía de la recuperación de algunos créditos no resuelve el problema de fondo. Las inversiones españolas en Argentina, principalmente en el sector financiero, alcanzan ahora importantes sumas cuya depreciación ha ido pareja a la del peso. En menos de seis meses, la moneda argentina se ha devaluado un 400% respecto al dólar.

Posible solución

Pese a estos inconvenientes, medios bancarios internacionales confían en que se alcance una solución al problema argentino. En opinión de una fuente financiera, políticamente, el caso argentino es teóricamente más sencillo que el mexicano, aunque quizá de más dificil solución. Buenos Aires carece de petróleo como México, y tendrá que utilizar todos sus ingresos por exportaciones para hacer frente a sus servicios de deuda, que sólo en los próximos meses se elevan a 15.000 millones de dólares. Argentina, es cierto, puede negociar una reestructuración de sus compromisos y convertir la deuda a corto en plazo medio y largo.Pero el problema persiste y requerirá mucha imaginación por parte de los acreedores y mucho más sacrificio por parte de los argentinos, que ya han visto sus salarios congelados en los últimos meses, pese a soportar una inflación anual de más del 350%. La condicionalidad que el Fondo Monetario Internacional imponga en su asistencia y los esfuerzos que la Junta tiene que habitualmente realizar para controlar su situación particular no presentan una imagen muy alentadora de un país que, por otro lado, acaba de salir de una guerra que ha perdido.

Por otra parte, las últimas medidas en materia económica, adoptadas el pasado lunes por el Gobierno argentino, consistentes en una devaluación monetaria y en la concertación de precios, han sido recibidas con duras críticas por los sectores empresariales del país.

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