El Gobierno suizo opta por la negociación con los ocupantes de la Embajada de Polonia en Berna
El Gobierno suizo ha decidido jugar la carta de la negociación para resolver la ocupación de la Embajada polaca en Berna, en poder desde el lunes de un grupo armado autodenominado Ejército de los Patriotas Polacos Insurgentes. Nueve o diez personas se encuentran aún retenidas en la sede diplomática, después de que tres mujeres y un joven estudiante polaco fueran liberados. Los ocupantes prorrogaron ayer en 48 horas el plazo, que finalizaba a las diez de la mañana de hoy, concedido al Gobierno de Varsovia para que reestablezca la normalidad demócratica en el país.
La negociación, iniciada en un principio por el Gobierno federal por vía telefónica, continuó ayer a través de un anciano sacerdote de origen polaco, nacionalizado suizo, Jozef Bochenski. El sacerdote, de gran prestigio en Suiza por sus conocimientos sobre Polonia, permaneció ayer 65 minutos en la Embajada, acompañado de un miembro del estado mayor de crisis creado por el Gobierno . El Consejo Federal (Gobierno helvético) se reunió en sesión extraordinaria para recibir información sobre la mediación, informe confidencial sobre el que no hubo filtraciones. Sólo la radio polaca informó que los ocupantes habían manifestado a Bochenski ser "antiguos oficiales del Ejército polaco en lucha contra la dictadura comunista".Según la mujer encinta liberada en la madrugada de ayer -las otras dos lo fueron a mediodía y el tercero a primera hora de la noche-, y citada por la agencia polaca PAP, los terroristas son, al menos, cuatro y están armados.
Durante toda la jornada del martes, el comandante Buschowski, jefe del comando, no realizó declaraciones, lo que hizo aumentar la incertidumbre sobre la procedencia del Ejército de los Patriotas Polacos insurgentes, y crecer las sospechas iniciales en torno a la finalidad de la acción. A pesar de la exigencia del comando de que se derogue la ley marcial y se ponga en libertad a los detenidos en Polonia si no se quiere que la Embajada salte por los aires, muchos son los que piensan que se trata de un grupo de provocadores de los servicios secretos de Wojciech Jaruzelski o del KGB, idea calificada de demencial por el viceministro polaco de Asuntos Exteriores, Jozef Wiejacz, quien la atribuyó a la propaganda occidental.
Otra hipótesis manejada por los observadores es que pudiera tratarse de extremistas nacionalistas polacos relacionados con el ala dura de Solidaridad, a pesar de que desde los primeros momentos de la ocupación el buró del sindicato en Zurich declaró desconocer la procedencia del comando y condenó la acción. Ayer, la representación suiza de Solidaridad se ofreció para negociar el desalojo.
La Prensa polaca atribuye la ocupación a "algunos partidarios de Solidaridad en el Oeste" y a la propaganada occidental.
El Gobierno polaco ha pedido a la policía helvética que intervenga, siempre que no se ponga en peligro la vida de los rehenes. El Gobierno suizo ratificó su propósito de no ceder y ha hecho un llamamiento al comando para que libere inmediatamente -y sin condiciones- a los rehenes y desaloje la Embajada. Al parecer, tres miembros de la SAS (grupo antiterrorista británico), unidades especiales de la policía federal alemana y miembros de la fuerza especial austríaca habrían sido enviados por las autoridades de sus respectivos países para sumarse a los policías suizos en caso de que se opte por un desalojo armado de la sede diplomática. Las autoridades polacas también pidieron permiso para enviar un grupo especial antiterrorista, solicitud que no ha sido todavía contestada.
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