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Hivenca será liquidada en el plazo de un año y Desiauto se potenciará financiera e industrialmente

Joaquín Estefanía

La liquidación de la fábrica de motores Hivenca en el plazo de un año y la potenciación industrial y financiera de la planta de ensamblaje de camiones, Desiauto, ambas empresas hispano-venezolanas, son los acuerdos que se firmaron el pasado fin de semana en Caracas entre el presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), Carlos Bustelo, y el ministro de Fomento del país suramericano, José Porras Omana.

Con la firma de estos documentos se abre una nueva etapa en el ya largo conflicto de las inversiones de la Empresa Nacional de Autocamiones (ENASA) en Venezuela, iniciado a finales de los años setenta entre el Gobierno de Adolfo Suárez y el de Carlos Andrés Pérez y Acción Democrática en Venezuela. La etapa que ahora se abre es presentada como de discontinuidad con la anterior, como de "auténtico deshielo en las relaciones económicas hispano-venezolanas".Sin embargo, en medios de la Administración española existe un cierto escepticismo en cuanto al cumplimiento de lo firmado, teniendo como precedentes las continuas buenas promesas de las autoridades políticas y económicas venezolanas sobre la solución de las inversiones de ENASA. Sin más, no hace dos meses que el presidente del Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, en el viaje de la toma de posesión del presidente peruano, Belaúnde Terry, hizo una escala de dos horas en Caracas para tratar de acelerar una solución.

El acuerdo conseguido consiste en esencia en lo siguiente: la empresa Hivenca, de la cual ENASA era propietaria en un 49%, será liquidada en el plazo de un año. En la actualidad estaba en suspensión de pagos y de ella no salió jamás un sólo motor. El Gobierno venezolano, a través de distintas instituciones, dará el apoyo financiero suficiente para lograr una liquidación ordenada, por valor de alrededor de cincuenta millones de bolívares (1.250 millones de pesetas), que evitará la quiebra de la sociedad. Este crédito cubre una parte importante de las deudas de Hivenca. El INI, que pierde una parte de lo invertido, se compromete a efectuar el proceso de la liquidación. Los créditos deberán hacerse efectivos en el plazo de sesenta días desde el momento de la firma.

Por el contrario, Desiauto, la fábrica de ensamblaje, se potenciará mediante inyecciones financieras y pactos industriales consistentes en nuevas autorizaciones de ensamblaje dentro de una legislación muy ordenancista. ENASA, que era propietaria directa del 49% del capital, y a través de una fórmula de fideicomiso, de casi el ciento por ciento, hará una reconstitución de capital.

Relaciones comerciales

Los principaless acreedores de Hivenca, situada en la localidad de Cumaná, en el Estado de Sucre, son la empresa española Auxini y muchos otros subcontratistas. En el caso de Desiauto, el principal acreedor es la propia Empresa Nacional de Autocamiones.Las autoridades españolas consideran básico el cumplimiento de este acuerdo para el reordenamiento de las relaciones económicas hispano-venezolanas, muy deterioradas en los últimos tres años. Entre los inversores españoles existe una conciencia de falta de seriedad de las autoridades económicas del país latinoamericano, motivada por el incumplimiento de los contratos de ENASA. Por otra parte, los problemas de Venezuela no se han concretado únicamente en sus relaciones con España. Hay también otros países afectados, a través de diferentes empresas, por la marcha atrás de distintas resoluciones tomadas en el período legislativo de Carlos Andrés Pérez y vueltas a considerar de modo negativo por la Administración demócrata cristiana de Herrera Campins.

La guerra de las Malvinas y el posicionamiento de los países latinoamericanos con Argentina -Venezuela de modo muy destacado-, la mala situación económica por la que pasa el país -con una muy alta deuda exterior- y la proximidad de nuevas elecciones legislativas dentro de año y medio (con la posibilidad de que el partido Acción Democrática vuelva al poder), son algunos de los datos que pueden ser aportados para explicar el deshielo de las relaciones, deshielo que hasta el momento en aunque no se concreten los acuerdos no deja de ser considerado como teórico por la Administración española, cansada de buenas palabras y de acercamientos que nunca se plasmaron en ningún documento concreto.

Las pérdidas

El ambiente existente en la delegación española a Venezuela, a su vuelta a España, es bastante más optimista de lo que se pensaba. Poco antes de firmarse el acuerdo en Caracas, un portavoz del Ministerio de Economía y Comercio declaraba que se daban definitivamente por perdidas las esperanzas de reactivación en ambas empresas hispano-venezolanas, considerando que sería milagrosa la continuidad del proyecto.Fuentes del INI declararon a este periódico que "de no haberse llegado a un acuerdo o de no cumplirse el firmado, las pérdidas supondrían para ENASA una cantidad cercana a los 3.500 millones de pesetas".

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