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Crítica:La presencia española en la Mostra de Venecia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Estoy en crisis', otra comedia española sobre 'el irresistible atractivo de las jovencitas'

El constante problema de la presencia del cine español en los festivales internacionales es el completo desamparo con que acude nuestra cinematografía. Una vez que la obra es seleccionada por los respectivos comités de cada festival, el productor se encarga de todas las gestiones, el director y los principales intérpretes acuden a la ciudad donde se celebra, pero son presentados sin respaldo al no existir ningún organismo oficial ni asociación de productores encargados de hacerlo. Esto ocurre también en la Mostra de Venecia, donde hoy se presenta, a concurso oficial, Estoy en crisis, de Fernando Colomo.Aunque la Mostra de Venecia, donde hoy se presenta Estoy en crisis, de Fernando Colomo, y ayer se estrenó Vida / Perra, de Javier Aguirre, no tiene nada que ver con Cannes ni con otros festivales mucho más comerciales, en la medida en que no acuden compradores y se celebra un mínimo de transacciones comerciales, las películas necesitan un apoyo publicitario para luchar contra los grandes monopolios que controlan este festival: la poderosa organización francesa Gaumont y la Radiotelevisión italiana, productoras o distribuidoras de las mejores y más representativas obras.Las películas que aparecen en estas condiciones en este tipo de certámenes competitivos deben destacar entre la amplia masa de películas que se presentan para que las vean la crítica y el público, hablen de ellas y tengan posibilidades de ganar un premio.

Esto jamás ocurre con las películas españolas, que acuden huérfanas gracias al trabajo personal de sus productores, pero con un mínimo apoyo oficial, que muchas veces no va más allá de la presencia del director general y el pago, meses después, de una cantidad equivalente al precio de la copia subtitulada y parte del viaje del director e intérpretes. En estas circunstancias, sólo la casualidad o el interés inmediato de una cinta puede superar las dificultades que este aparato impone. Ocurrió hace dos años con Opera prima, de Fernando Trueba, que contó en Venecia con una acogida muy calurosa, y podría pasar esta vez con la comedia que hoy estrena Fernando Colomo.

Una comedia divertida

La presencia de Estoy en crisis en la Mostra de Venecia supone, además, vencer una dificultad adicional. Fernando Colomo, su director, comentaba, cuando se enteró de que su película había sido seleccionada: "No me lo esperaba, porque no es una obra trascendente; es una comedia y este tipo de películas no suele acudir a festivales". El hecho de que existan películas especiales para festivales es algo muy conocido en España. Durante el tiempo en que Fraga Iribame estuvo en el Ministerio de Información y Turismo hizo una compleja política cinematográfica, que dio como resultado unas producciones que se presentaban en festivales, a veces ganaban algún premio, pero que el público no veía. Dado el antecedente del éxito obtenido en esta misma Mostra por Opera prima, cabe esperar que la de Colomo logre abrirse camino, a pesar del desamparo con que se presenta.

Al igual que Opera prima y A contratiempo, de Oscar Ladoire, Estoy en crisis pertenece a ese nuevo tipo de comedia que inaugura la primerá de las obras citadas. En las tres, un hombre maduro enloquece por una jovencita, y en la relación que mantiene con ella descubre el abismo que les separa, la imposibilidad de superarlo y, como consecuencia, es destruido por ello. Estoy en crisisi parte de este esquema y lo lleva hasta sus últimas consecuencias. Aquí, José Sacristán es un ejecutivo publicitario que se mueve entre su mujer, Mercedes Sampietro, una compañera de trabajo, Marta Fernández-Muro, y queda fascinado por la belleza de Cristina Marsillach.

La habilidad de Colomo

En las divertidas peripecias donde trata inútilmente de entablar una relación con la jovencita se ponen al descubierto los entramados del mundo de la publicidad, la falsedad de las relaciones entre el protagonista y su mujer y la compañera de trabajo, así como la imposibilidad de lograr un mínimo de comunicación con la siguiente generación.

La habilidad de Colomo en Estoy en crisis, posiblemente la mejor de sus películas, tanto por la construcción del guión como cuidada realización y dirección de actores, es saber expresar esta crisis, esta incomunicación, no a través de un drama, sino en clave de comedia, y conseguir momentos de ambiente divertido. Gracias al trabajo, con un impecable sonido directo y enfrentarse con otro tipo de actores distintos a los que suelen trabajar habitualmente, José Sacristán realiza el mejor trabajo de su amplia carrera. Y en el conjunto femenino, junto a la belleza de Cristina Marsillach, destaca el gran trabajo interpretativo de Marta Fernández-Muro, una joven actriz que hasta ahora sólo ha hecho papeles secundarios, y aquí tiene una brillante y destacada actuación.

Fernando Colomo es autor de ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? y La mano negra, una película esta última que manipulaba las convenciones del cine negro. Sobre todo, la primera de estas comedias, interpretada en su papel por Carmen Maura, alcanzó gran popularidad en España, hasta el punto que su título consiguió convertirse en una frase convencional del lenguaje cotidiano, como en cierto sentido lo había logrado la comedia refrescante de Trueba.

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