El Reino Unido intenta combatir a Greenpeace por la vía judicial

La agencia británica para la energía atómica (UKAEA) ha solicitado el procesamiento inmediato de Greenpeace, en virtud de un auto judicial dictado el pasado 2 de julio por el tribunal del Almirantazgo de Londres, informa la organización ecologista internacional. El auto, dirigido contra la delegación de Greenpeace en Londres, su director, Peter Wilkinson, y la delegación de Greenpeace en Holanda, propietaria del buque Sirius, había sido motivado por el entorpecimiento de la organización ecologista, en julio de 1981, a un barco británico que arrojaba residuos radiactivos en aguas internacionales, a 700 kilómetros de las costas españolas, y su texto prohibe toda nueva interferencia física de estas actividades.

Un portavoz de Greenpeace ha manifestado que esta orden de la justicia británica ha establecido un precedente excepcional en materia de derecho internacional ya que con ella se pretende ejercer jurisdicción sobre una compañía extranjera, en este caso holandesa, y por hechos ocurridos fuera del territorio y de las aguas jurisdiccionales británicas.

Por otra parte, el portavoz del sindicato nacional de marineros de Gran Bretaña, John Nelson, ha comunicado a Greenpeace que la organización ha dado instrucciones a sus afiliados a bordo de Gem, el buque británico que está vertiendo residuos radiactivos desde el pasado martes en el océano Atlántico, en el sentido de que permanezcan pasivos ante las órdenes que les ha dado su capitán para que evacuen con violencia a los seis ecologistas encadenados a las plataformas de lanzamiento de los bidones que contienen el material de desecho nuclear. El Gem está efectuando los vertidos mediante una plataforma improvisada. Hoy se espera que el buque británico finalice la operación de sumergir en el océano su carga de 2.700 toneladas.