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El Senado norteamericano propone el uso de las armas contra la expansión cubana

El Senado norteamericano acordó el miércoles, por 68 votos contra 28, que hay que impedir por cualquier medio, "incluso por el uso de las armas", la extensión de la influencia cubana en el hemisferio occidental. El acuerdo, que cuenta con el apoyo de la Administración Reagan, vino como consecuencia de la aprobación de una enmienda de una ayuda suplementaria a una ley, de 9.000 millones de dólares (cerca de un billón de pesetas).Los senadores contrarios a la enmienda temen que pueda verse afectada la prerrogativa del Congreso de ser quien debe autorizar una intervención militar norteamericana en el extranjero.

El Senado votó más tarde que su aprobación de la enmieda no implicaba la aprobación de una intervención militar a largo plazo. La War Powers Act (Ley sobre la Guerra) requiere que el Senado apruebe tal tipo de implicación.

La enmienda, presentada por el senador republicano Steven Symms, reitera la doctrina Monroe y pide "que se evite en Cuba la creación -o el uso de una fuerza militar formada desde el exterior que ponga en peligro la seguridad de Estados Unidos".

"Este es el único lenguaje que los comunistas entienden", dice el senador republicano Strom Thurmond, que se sumó a la enmienda, y me parece que debemos mantener una postura firme".

El Senado rechazó el mismo miércoles, por 52 votos contra 47, una enmienda propuesta por el senador Charles Percy, presidente del Comité de Relaciones Exteriores, que no incluía las palabras "el uso de las armas".

La enmienda de Symms no está incluida en la versión de la cámara sobre la ley de consignación presupuestaria y, en consecuencia, deberá ser aprobada por un comité conjunto de la Cámara de Representantes y el Senado si se quiere que sea incluida en la versión final de la ley.

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La enmienda también pide que Estados Unidos trabaje con la Organización de Estados Americanos (OEA) y "los cubanos amantes de la libertad" en pro de la autodeterminación para Cuba.

La propuesta de Symms pretende reafirmar la ley de 1962 que autoriza al presidente a recurrir a la fuerza contra las actividades subversivas cubanas y contra el uso de Cuba como base para las armas ofensivas soviéticas.

Quienes votaron contra la enmienda, derrotados en las dos ocasiones que intentaron rebajar su contenido, la califican de golfo de Tonkín caribeño, en referencia a la medida de 1964 que constituyó la base legal para la implicación en la guerra de Vietnam.

El debate estuvo marcado por estridentes intervenciones en ambos bandos, con los partidarios de la enmienda pidiendo una enérgica respuesta al régimen marxista de Castro en Cuba" y con los detractores incidiendo en el temor de que la enmienda puede suponer un cheque en blanco para una acción militar. "¿Se quiere dar un cheque en blanco al presidente ... a cualquier presidente?" preguntó Percy, quien expresó su temor de que la enmienda de Symms pudiera afectar a las prerrogativas concedidas al Congreso hace diez años por la War Powers Act.

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