La difícil recuperación de la actriz
¿Qué hubiera sido de Marilyn Monroe de no haber muerto? Hay quienes se esfuerzan por imaginarla con los 56 años que ahora tendría quizá interpretando aún sus personajes ingenuos, quizá plácidamente retirada tras una boda feliz. Es un esfuerzo inútil. La muerte de Marilyn es algo tan vital en su mito que ha anegado la obra de su vida. En cada secuencia, en cada una de sus sonrisas, se ha encontrado ya una explicación del suicidio. Se ha manoseado tanto su imagen que no hay forma de recuperarla como simple actriz.Es indiscutible que su personalidad fue en muchos casos más fuerte que los personajes que interpretó, pero no menos cierto es que rara vez intervino, Marilyn Monroe en malas películas, a partir, al menos, de Me siento rejuvenecer, donde acabó de perfilar el personaje de ingenua mujer fatal que ya había,esbozado en La jungla de asfalto o Eva al desnudo. Alguno de los mejores directores de comedias, como Billy Wilder o Joshua Logan dieron a Marilyn parte de su triunfo. Para cada uno de ellos interpretó de una forma distinta: sólo la marca de los estudios -de Fox, primordialmente-, empeñados en mantener vivo el fuego de su popularidad, condicionó el parecido de las distintas mujeres de Marilyn.
Pero antagónicas son las protagonistas de Niágara y Bus stop aunque ambas despierten locas pasiones en sus oponentes; nada que ver tampoco las heroínas de Con faldas y a lo loco o Cómo casarse con un millonario, aunque el afán que las relaciona tenga como idéntica nieta el matrimonio interesado. Supo olvidar Marilyn Monroe la facilidad que le concedía el éxito, y en cada película trabajó por lograr una inteligente encarnación del personaje de turno.
Vidas rebeldes nos la presentaba desvalida ante la violencia, mientras que El príncipe y la corista le permitía dominar el complejo mundo de la corte por una simple aplicación de sentido común. Marilyn fue mal intencionada en Los caballeros las prefieren rubias, inocente y generosa en El multimillonario, provocativa en La tentación vive arriba; alternó el musical (Luces de candilejas) con el western dramático (Río sin retorno); tuvo un trabajo diverso que la publicidad intentó destruir: acabó siendo más importante su vida privada.
El problema para definir el valor que Marilyn tuvo como actriz. aumenta aún con el tiempo. Probablemente ha sido ella la figura más rentable de la industria del cine, a pesar de la clara disposición que Hollywood siempre tiene para comerciar con la muerte. Ni Jean Harlow ni James Dean han sobrevivido tanto. Numerosas actrices han intentado emularla creyendo que bastaba repetir el color del pelo o su candor de niña pobre. Marilyn, sin embargo, fue una actriz de talento, y eso no se puede imitar. Hay, no obstante, otras actrices, y han seguido filmándose buenas películas. Lo peor que podría ocurrirle a Marilyn Monroe es que se utilizara su nombre para lograr que el pasado no pase.
Babelia
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