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El Ejército israelí conquistó ayer la cuarta parte del sector de Beirut controlado por los palestinos

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El Ejército israelí conquistó ayer cerca de la cuarta parte del sector de Beirut controlado por las fuerzas palestinas. La violencia sin precedentes de su bombardeo de la capital de Líbano -150.000 bombas han caído durante esta ofensiva dominical, según la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) - constituye una excelente preparación para un eventual asalto generalizado contra la ciudad. Sin embargo, palestinos e israelíes establecieron ayer un nuevo alto el fuego, el noveno desde que se inició la invasión de Líbano por las tropas israelíes.

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Desde primeras horas de la madrugada, toda Beirut y los campamentos de refugiados palestinos estuvieron sometidos a un auténtico diluvio de fuego, que hacía temblar la ciudad. Las cenizas y el humo de los incendios oscurecían hasta tal punto la atmósfera que la aviación israelí se vio obligada a lanzar en pleno día, para poder seguir bombardeando, cohetes de iluminación.Treinta y dos horas después de que entrase en vigor el último alto el fuego palestino-israelí, la marina y la artillería israelíes empezaron, minutos después de las tres de la madrugada de ayer, a bombardear ininterrumpidamente la capital libanesa, seguidas, tres horas más tarde, por la aviación, que efectuó más de 120 incursiones sobre la ciudad, según la emisora de radio La Voz de Líbano Arabe.

En determinados momentos, la marina, la artillería y hasta seis aviones simultaneaban sus disparos contra el sector occidental de Beirut, donde el Ejército israelí cerca desde hace 49 días a 12.000 milicianos palestinos y libaneses de izquierdas y donde aún residen 500.000 -civiles.

"Ni en los peores tiempos de la guerra civil"

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Las calles de la ciudad estaban absolutamente desiertas, sin ninguna circulación y con todas las tiendas cerradas. Sólo el ruido de las explosiones o de las sirenas de las ambulancias resquebrajaba la tranquilidad. Los rostros de los pocos civiles que en los portales de sus casas (los edificios carecen generalmente de refugios antiaéreos) escuchaban los boletines de radio expresaban el miedo. "Nunca", afirmaban, "ni en los peores tiempos de la guerra civil, ni hasta ahora en esta guerra palestino-israelí, Beirut había sido tan intensa e indiscriminadamente bombardeada".

La capital está además, desde hace una semana, privada de electricidad por el Ejército israelí, y aunque el suministro de agua fue restablecido el sábado porel Tsahal, la mayoría de los barrios siguen careciendo de ella.

Ocho semanas exactamente después de haber iniciado la invasión de Líbano y siete desde que cercó Beirut, el Ejército israelí progresó de nuevo ayer unos tres kilómetros hacia el centro de la ciudad, conquistando, tras una intensa preparación de artillería, el aeropuerto de la capital y parte de la autovía que desemboca en la terminal, apoderándose también de una importante carretera a lo largo de la costa y atenazando al gran campamento palestino de Burj el Burajneh, a cuyos habitantes habtía invitado a rendirse, según informó la radio estatal libanesa.

Además de este frente al sur de Beirut, el Tsahal abrió también un segundo frente al este, a lo largo de la línea de demarcación entre los sectores cristiano y musulmán de la capital, pero en el que no intentó, aparentemente, progresar, limitándose a disparar con carros y cañones contra los fedayin.

Diez kilómetros cuadrados

En total, al término de la oferísi va de ayer, la OLP y sus aliados libaneses sólo controlaban en Beirut una estrecha franja de cinco kilómetros de larga y algo más de dos de ancha. Las unidades avanzadas israelíes estaban ahora tan sólo a un kilómetro del centro de la capital por el Este y a cuatro por el Sur. Beirut da al mar por el Norte y el Oeste.

A última hora de la mañana de ayer, Yasir Arafat, líder de la OLP, envió un mensaje al rey Fahd de Arabia Saudí, en el que le pide que "actúe urgentemente para impedir al enemigo israelí alcanzar todos sus objetivos y continuar su matanza de los habitantes de Beirut".

La agencia de información palestina Wafa informó de que, por lo menos, treinta soldados israelíes habían resultado muertos o heridos en los combates y que doce carros de combate enemigos habían sido destruidos. El número de víctimas civiles será, probablemente, muy elevado si, como afirma la OLP, cerca de 150.000 bombas han caído en sólo doce horas sobre Beirut. La réplica de la artillería palestina estuvo esencialmente dirigida contra Beirut este.

Principio del fin

A pesar de las informaciones procedentes de Israel sobre el carácter restringido del ataque de ayer, reinaba un pesimismo total en los círculos palestinos y libaneses oficiales, sobre las verdaderas intenciones del Gobierno de Tel Aviv.

La radio estatal libanesa empezó su boletín de noticias en francés, afirmando que "Israel descarta la solución política del conflicto de Beirut y opta por la militar mientras otros medios infoimativos aseguraban que, en el mejor de los casos, se trataba, a juzgar por los medios utilizados por el Ejército israelí, del primer paso hacia la conquista total, pero por etapas, de la capital.

En caso de confirmarse esta hipótesis, la última gran batalla palestino-israelí se desarrollaría en pleno centro de Beirut, donde los fedayin empiezan a replegarse tras el avance del Tsahal.

Horas antes de que se desencadenase la ofensiva del Ejército israelí, el primer ministro libanés y mediador entre palestinos y norteamericanos, Saeb Salam, formuló por primeravez una opinión abiertamente pesimista al declarar que "pensaba que los israelíes querían destruir Beirut y Líbano y rechazar cualquier solución política".

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