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Una nueva versión de 'Parsifal', en el centenario de su estreno, abrió los festivales de Wagner en Bayreuth

Con una nueva versión de Parsifal, escenificado por Goetz Friedrich, se inauguraron el pasado domingo los festivales de Wagner en Bayreuth, donde hasta el próximo 28 de agosto se representarán Tristán e Isolda, El holandes errante, Los maestros cantores de Nuremberg y Lohengrin.

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Los peregrinos de la verde colina

Exactamente, la víspera del centenario de su estreno se presentó el domingo, en Bayreuth, Parsifal, que Wagner pretendió guardar en exclusiva para el teatro de la Verde Colina, de Bayreuth. La obra sagrada que Cosima Wagner, esposa del compositor y perro guardián de -la ortodoxia wagneriana, sólo quería que se representase el día de Viernes Santo ha sufrido muchas evoluciones en su forma de presentarse.El mismo día del estreno del nuevo Parsifal, en la mañana del pasado domingo en Bayreuth, el director de cine Hans Juergen Syberberg les jugó una mala pasada a los responsables del festival wagneriano y proyectó en un cine de la ciudad su película, de cuatro horas y cuarto, con su versión de Parsifal.

Parsifal se presentó en Bayreuth rodeada de las andanadas lanzadas por el germanista Hartmut Zelinsky en una entrevista en Der Spiegel, donde intenta presentar la obra como un testamento antisemita de Wagner, que lleva casi directamente al nazismo. Los devotos wagnerianos asistentes a Bayreuth no se dejaron impresionar por todo lo que rodeaba a la presentación de Parsifal y acogieron, con diez minutos de aplausos y pateos (que en la República Federal de Alemania son señal de aprobación), la versión ofrecida por el director de la ópera de Berlín Oeste, Goetz Friedrich, con James Levine, de la Metropolitan de Nueva York, al frente de la orquesta.

Los moldes habituales

La versión de Friedrich se queda a medias entre el intento de salirse de los moldes habituales y no romper con los cánones de la ortodoxia wagneriana. El resultado es un producto digno, pero lejos de una obra maestra de las que dejan huella. La dirección de la orquesta de James Levine fue criticada por lenta y poco wagneriana, pero consiguió en su primera actuación en Bayreuth, que tiene una acústica muy complicada, un tono perfecto y una adecuación extraordinaria con los cantantes.Parsifal, la última obra de Wagner y una especie de testamento del autor, concluye con la frase "Redención al Redentor" y está llena de relaciones misteriosas que le dan una ambivalencia que deja abiertas todas las interpretaciones. Friedrich se mostró partidario de "estimular la fantasía del espectador" y dejar que cada uno ponga su interpretación, según las recomendaciones brechtianas.

Parsifal es el joven necio que puede curar la herida de Amfortas, rey de los caballeros encargados de la custodia del SantoGrial, el cáliz que sirvió para recoger la sangre de Cristo después de la lanzada en la cruz. Amfortas fue herido por el mago-caballero-traidor Klingsor, que intenta hacerse con el Grial. Klingsor se sirve de Kundry, la mujer seductora que hace perder la pureza a los caballeros. Por su debilidad ante la mujer cayó herido Arnfortas.

Incapaz de curar la herida, el joven Parsifal es expulsado del Grial e inicia su peregrinaje hasta el reino de Klingsor, donde resiste las tentaciones de las floristas. El beso de Kundry le abre los ojos e inicia así su proceso de conciencia, destruye el reino de Klingsor y vuelve al Grial para traer la redención a los caballeros, al exponer el cáliz que Amfortas se negaba a mostrar. La redención y la muerte le llega a Kundry después de recibir el bautismo, y también para Amfortas, curado de la herida y liberado de su función de rey, que asumirá Parsifal.

El teólogo Hans Küng califica a Parsifal de obra del "ansia de redención". En la obra de Wagner se trata de la redención de los instin tos, como aparece representado de forma plástica en la escena en que las floristas rodean a Parsifal para seducirle.

En un intento de aplicar la obra a los tiempos actuales y darle una dimensión más amplia, Küng dice que esa renuncia a los instintos en tiempos de escasez de recursos y locura despilfarradora supone el cumplimiento de un postulado importante: "La renuncia al pensa miento de poder y la voluntad de imponerse a otros en beneficio del sentimiento con el hombre y la naturaleza".

Pregunta inadmisible

Al lado de esta interpretación de Küng, aparecida en el programa oficial del festival, el germanista Zelinsky ve en los caballeros que custodian el Santo Grial poco menos que un antecedente inmediato de las SS hitlerianas. La discusión sobre Wagner, cuando faltan pocos meses para el centenario de su muerte, sigue abierta. La versión de Parsifal estrenada en Bayreuth tuvo a una excelente intérprete con la cantante Leonie Rysanek, en el papel de Kundry, y la nota curiosa, con el barítono negro Simon Estes, en el papel de Amfortas.En una conferencia de Prensa al día siguiente del estreno hubo un incidente cuando una periodista norteamericana preguntó a Simon Estes qué sentía un cantante negro que actuaba por primera vez en Baryreuth. Wolfgang Wagner intervino para cortar la respuesta, y dijo que la pregunta era inadmisible, "porque no distinguimos entre cantantes blancos o negros, sino entre buenos y malos". El alcalde de Bayreuth intervino para explicar que ya están escaldados con las sospechas de racismo.

El festival continuó el lunes con Tristán e Isolda, con el tenor René Kollo (Tristán) y la sensacional soprano Johanna Meier (Isolda). El festival está en marcha y para el año que viene, centenario de la muerte de Wagner, habrá un Anillo de los Nibelungos en versión de Peter Hall.

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