Pierre Enmanuel: "La poesía es una virtud solitaria"
Primeros debates en el Congreso Mundial de Poetas
Una larguísima sesión ordinaria, la primera de las que constituirán el VI Congreso Mundial de Poetas, que comenzó con cierto aire de escándalo cuando el profesor y poeta novísimo Jaime Siles anunció, a primera hora de la mañana su deseo de retirarse, cumplida esta jornada que él debía coordinar, permitió a la auidiencia escuchar ocho ponencias sobre el tema general de la creación poética. Mientras, poetas como Pierre Enmanuel, uno de los más importantes entre los reunidos en Madrid estos dias, contestaban a las preguntas de la prensa en una cadena de entrevistas que siguieron a sus primeras y pesimistas manifestaciones en TVE. "La poesía", definía Pierre Enmanuel, Mes una virtud solítaria, y no time nada qué ver con sus repercusiones".
Por el estrado del Ateneo madrileño, en cuyos pasillos se juntaban ayer socios que comentaban las posibilidades de la junta inmediata y poetas que serían desplazados al Instituto de Cooperación Americana para dejar la tarde a los conflictivos quehaceres ateneísticos, pasaron ocho poetas escritores que leyeron, muchos, los resúmenes de sus ponencias, algunos las ponencias enteras. Se comentaba la deserción de Jaime Siles, que había seguido a la puntualización de un grupo de poetas capitaneados por Antonio Hemández y que se mostraron expresamente no responsables de la organización de este VI Congreso Mundial de Poetas.Casimiro de Brito hablé de la poesía como arte combinatorio, y Francisco Matos Paoli la consideró como experiencia total. Alicia Guiragossiam, argentina de origen medio oriental, habló de la forma en la poesía metadimensional, y Amparo Amorós hizo una reflexión en tomo a lo que llamó retórica del silencio. Del silencio y del nombre trataba el texto de Jaime Siles, entre el poema y el discurso crítico, bajo el título de El signo como totalidad, mientras su compañero de destino generacional, Antonio Colinas, se preguntaba por los factores decisivos de la poética de nuestro tiempo y encontraba que son la muerte de las vanguardias y el desequilibrio de la actualidad. Por fin fue leida en su ausencia la ponencia de Octavio Paz sobre la importancia de la lengua y la poesía españolas.
La soledad, una virtud del poeta
Pierre Enmanuel es, sin duda, una de las figuras del congreso. Un excelente poeta, poco conocido en España si no fuera por la antología de la poesía francesa que preparó y tradujo el poeta Manuel Alvarez Ortega y que publicó la editorial Taurus hace ya cerca de quince años, y por algunos poemas publicados en la revista Insula. Pierre Enmanuel, ojos claros, buen castellano, genio vivo, dice tener su paisaje en Castilla la Vieja, sobre todo en las zonas fuertes de la provincia de Segovia, y dice saber que "la soledad es una virtud de poetas", y la poesía misma, "una virtud solitaria"."Yo vivo", dice, "y mi poesía es parte de mi vida. Seguramente, la parte más secreta, y desde luego, la experiencia más profunda que se pueda decir y escribir de la realidad humana. Una experiencia que no sale en los periódicos. Que se descubre en el sufrimiento, en la cara encendida de la gente, en el silencio de un momento de amor, en la guerra, en la vida en fin. Todo ésto propone algo qué escribir. La actitud del artista entonces tiene que ser de aislamiento de la vida ordinaria".
Preguntado por el panorama de la literatura francesa, poco conocida a partir de los surrealistas, y concretamente, por su propia generación y su papel de poeta metafísico -aunque estos calificativos sean siempre ambiguos, inexactos, peligrosos- dice Pierre Enmanuel: "No quiero hablar de generaciones: no existen, es una mera facilidad del lenguaje. Hay hombres solos y la soledad es una virtud del poeta: su mejor manera de ser universal. La poesía francesa son una serie de obras, y si se da una relación creadora, que cambia los sentimientos de un hombre, entonces hay verdadero contacto, que más que literario es de vida".
"Yo de vez en cuando puedo descubrir en un hombre a quien a lo mejor había leído diez veces, algo que quizá estaba en mi, pero ignorado. Para un hombre inmerso en su propia obra", dice Pierre Enmanuel, "es difícil leer la de los otros. Una obra es una dirección, un movimiento, una serie de actos de buscar lo que siempre se escapa, y hay una concentración del pensamiento que vuelve difícil la lectura del otro. Hay una excepción", confiesa. "Esos casos de vacío que sufre a veces el poeta, y que se iluminan en una imagen, en una palabra de la obra del otro, que despierta algo dormido... Yo leo a los poetas así, nunca contínuamente".
La ilusión del prestigio
"Hay otros poetas", sigue Pierre Enmanuel, "cuya obra es un espacio mío. Pueden ser grandes poetas o no, y en eso no entro, porque a veces uno siente una admiración exterior, que no tiene nada qué ver con ese contacto vivo de que hablábamos antes. Es como en la música".Aquí viene una discusión sobre lo que se podría llamar el mundillo de los poetas. Un mundillo en que la lucha y la competitividad que en otros mundos se basa en el dinero, en el poder, aquí lleva la sóla meta del prestigio, de la existencia en determinados catálogos y demás. "Es", dice Pierre Enmanuel cuando entiende el sentido ético de la pregunta, "porque no están seguros de su identidad. Cuando uno está seguro de eso no quiere pelear con nadie y respeta a los otros. Entiende lo que les pasa... Claro, que es un conocimiento que viene tarde, el que dice que el poder y el prestigio son una ilusión en relación con la verdad del hombre. Su verdad está en otro sitio, en los amores, en la amistad. Hay muchas cosas muy reales, muy verdaderas. Pero para descubrirlas hace falta tiempo, y en ese tiempo se cae en muchos errores y muchos absurdos". Una de esas realidades de la intimidad -y en eso insiste mucho Enmanuel- es la poesía, que, "no, no es un vicio solitario, sino justo lo contrario: una virtud que no destruye sino justo al contrario, que hace vivir". Vivir, dirá más tarde y para terminar, "en un conjunto, como tal vez sólo lo consiga la música y la religión. Vivir en la experiencia de empezar y no en la de terminar".
Babelia
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