Las marcas de calidad, primer paso hacia el reconocimiento de los productos agroalimenticios
De esta manera se benefician todos los productos que, aunque carecen de una personalidad geográfica, sí cuentan con unas características propias, tanto por sus procesos de elaboración como por su propia naturaleza. Además de esta normativa, el ministerio se plantea también la necesidad de elevar la política alimentaria a un rango de Ley de Alimentación o por lo menos a la creación de un Plan Nacional de la Alimentación, en visto de la gran variedad y complejidad de los productos alimentarios.La necesidad de unas Marcas de Calidad coordinadas y propiciadas por la Administración, pero con la libre iniciativa de productores y empresarios, aparece en un momento clave para el desarrollo alimentario de nuestro país. La inseguridad de los consumidores ante las agresiones sufridas por los alimentos adulterados, así como la carestía de muchos alimentos, ha desviado la atención de los compradores hacia los "productos casero? que, bajo el enfoque de ser más naturales, han favorecido el consumo de alimentos de dudosa elaboración que carecen, la mayoría de las veces, de un control oficial.
Esto ha motivado, por otra parte, que algunos fabricantes hayan pretendido mantener la oferta de sus productos a costa de reducir la calidad de los mismos. De esta manera paliaban el aumento de los costes y el retraimiento que, ante la crisis económica, se estaba dando en la demanda hacia los productos más caros. Un ejemplo de este retraimiento se encuentra en el consumo de carne de vacuno, que desde hace ya ocho años ha tocado techo.
Un ejemplo europeo
Las Marcas Alimentarias son un ejemplo importado de países como Francia, Italia, Alemania y Estados Unidos, donde han obtenido un amplio eco. Su precedente se puede encontrar en los labels rouges (etiquetas rojas) de Francia o en los consorzi (agrupaciones de productores) italianos. A partir de ahí, las administraciones europeas han puesto en marcha una nueva filosofía que ha trasladado la actividad reglamentaria de la Administración a otra de iniciativa privada. En nuestro país, esta protección a las marcas se ha regulado a través de las denominaciones de origen, que eran concedidas por los consejos reguladores. "Cuando el ordenamiento regula una realidad existente tiene un eco inmediato, y cuando se 'adelanta' a una situación inexistente e inusual, lo normal es que la ley quede sin respuesta social", dice Justo Nombela, uno de los artífices de esta normativa, dentro de la Dirección General de Política Alimentaria. "Las Marcas de Calidad pueden aplicarse a productos naturales, pero sobre todo presentan posibilidades de utilización en el campo de los alimentos elaborados, que disponiendo de un previo control sanitario, ofrecen unos caracteres superiores diferenciales".
"Por tanto", continúa, "no estamos seleccionando sólo las clases altas dentro de la calidad, sino aquellos productos que, además, presentan unas características específicas, diferentes y significativas".
Según la norma que se va a aprobar, un producto con Marca de Calidad deberá cumplir la legislación general, más la que se imponga para dar este título. Del control y del cumplimiento de esta normativa especial se preocuparán las propias marcas, porque en ello se juegan su prestigio -y su responsabilidad civil y penal si hubiera lugar- y la red de laboratorios del Estado, que junto con el servicio de fraudes de la Secretaría de Estado de Alimentación y otros servicios del arco sanitario, se encargarán de velar por la seguridad de estos alimentos.
"La originalidad y la utilidad del sistema", dice Justo Nombela, "radica en que, junto al control habitual sanitario de la Administración, existe un filtro permanente de la marca de calidad, que para ser autorizada debe disponer también de sus propios servicios de inspección y de control. Por otro lado", afirma Nombela, "como las Marcas de Calidad han de tener un mercado interior y exterior más esperanzador, la concesión, aunque sea otorgada por resolución final del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, deberá ser asesorada por un órgano interprofesional-interdisciplinario, con el fin de analizar las cuestiones intersectoriales y agilizar el comercio de las producciones que se obtienen o elaboran en diferentes regiones".
Otro aspecto se plantea con las transferencias a los entes autónomos. La Dirección General de Producción e Industrias Agroalimentarias de la Generalidad tiene un proyecto sobre Marcas de Calidad, que no se ha hecho ejecutivo en espera de que la Administración central apruebe el que ha preparado.
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