El sexo en las canciones
¿Qué dijeron ayer los Rolling Stones? Es una pregunta compleja, pero de respuesta inmediata: muchas cosas. Su tema básico, tomado de sus comienzos plagados de Rhythm and blues, es el sexo. Un sexo que aparece una y otra vez, barriobajero, en Honky Tonk woman; satírico y dulce como en Lady Jane, demencialmente cursi en She's a rainbow; masturbatorio en Mothers little helper, descarado en Let's spend the night together, que rimaba bien con su primerizo I just want to make love to you, composición de Willie Dixon.La actitud sexual de los Stones era la habitual entre la comunidad negra: letras descarnadas, palabras claras y un ir al grano directo y presuroso. Sólo que ellos eran blancos e ingleses" por lo que declaraciones de machismo, como la maravillosa Under my thumb o la mucho más tardía Some girls, difícilmente resultarán del agrado de cualquier feminismo militante.
También hablaron de drogas, pero no tanto. En realidad, y haciendo a un lado los dobles sentidos a los que tan aficionados son Jagger y Richards, casi todo se concentra en el album Sticky fingers donde figuran al menos tres históricas: Sister morphine, Brown sugar y Wild horses.
Los males de la publicidad
Con todo, lo que más le chocó al personal de todo el mundo fue su primer gran éxito. En Satisfactión los Stones concienciaron de repente a una generación sobre los males de la publicidad, sociedad de consumo y derivados. Es, como canción de rock, la mejor vacuna que se haya escrito, sólo comparable al Summertime blues, de Eddie Cochran, o The times they are a changing, de Dylan.
Street fightin, han combinado en el mismo disco con Sympathy for the devil, cayó en un momento de efervescencia política y de verdadera pelea callejera. De ahí el presunto revolucionarismo de una gente que poco tiempo después se retiraría a la Costa Azul para evitar los impuestos ingleses. Toda una coherencia.
Babelia
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