Marcelin Pleynet: "Picasso nos desvela el carácter monstruoso del siglo XX"
El ensayista francés habló en Madrid Sobre el 'Guernica' y Monet
El crítico y ensayista francés Marcelin Pleynet, de 49 años, pronunció la semana pasada, en el Casón del Buen Retiro, del Museo de Pardo, dos conferencias sobre las figuras de Pablo Picasso y Claude, que en los últimos años han preocupado a este investigador, autor de cuatro libros de poesía y vinculado desde 1962 al grupo de la revista Tel Quel. Pleynet ha publicado un volumen de ensayos sobre temas de arte y literatura y su obra más conocida es La enseñanza de la pintura. En esta entrevista declara que "Pablo Picasso nos desvela el carácter monstruoso. e irrisorio del siglo XX".
Marcelin Pleynet, investigador de la situación actual del arte moderno, ha hablado en Madrid sobre Picasso y el Guernica, en el mismo museo donde se encuentra, en el Casón del Buen Retiro, y en una conferencia posterior trató el tema del naturalismo y la pintura en Claude Monet.Pregunta. Mothervell, un pintor al que usted aprecia, sitúa a Matisse, Mondrian y Picasso como los tres pilares de la pintura de nuestro siglo. Usted tiene ensayos célebres sobre los dos primeros, y últimamente ha cerrado el círculo ocupándose de Picasso. ¿Cuál es el lugar de Picasso en este siglo?
Respuesta. Absolutamente ceniral, y muy distinto al de cualquier otro, puesto que es el. artista ligado al siglo de modo más íntimo y profundo. Mondrian nos interesa por su carácter formal, y, Matisse, por el estético; todo ese, lo encontramos también en Picasso, pero además tenemos en él una visión muy particular del siglo que es única. No quiero decir con ello que se trate de un pintor ligado a la actualidad, capaz de ser explicado a través de problemas sociológicos. La envergadura de Picasso es la de un pensamiento que nos revela la verdad sobre el siglo XX.
P. ¿En ese sentido habla usted del Guernica como de un cuadro de historia?
R. Exactamente. Hice esa afirmación jugando con la ambigüe,dad del término. De hecho, Pierre Daix había señalado ya que la concepción de la historia que aparece en Picasso no es aquella que habitualmente manejamos. Más que de un "pintor de historia", se trata de un pensador de la historia. Picasso nos propone la única intepretación del siglo XX que tiene en cuenta un elemento esencial: su monstruosidad. Y aquí Guernica es un cuadro clave, una excepción, donde queda fijado de modo espectacular, pero sin recursos pomposos, un momento particularmente monstruoso del siglo. Pero Picasso va más allá de esa monstruosidad, desvelándonos su carácter fundamentalmente irrisorio. En ese sentido, nos ilustra la serie de grabados Sueño y mentira de Franco, elemento que es inseparable del cuadro y que muestra lo irrisorio del poder político. Sólo los más grandes artistas pueden trascender la realidad para mostrarnos el mundo tal como és.
La idea de la pintura
P. Pasemos ahora a Monet. En un texto sobre él partía usted de una cita de Mallarmé para hablar de esa "crisis inesperada" que provocan los impresionistas, y en especial Monet. ¿Cuál es el sentido de esa crisis?
R. Quisiera aclarar, primero, que ese texto pertenece a un con junto de ensayos que va a llamarse El pensamiento secular, y que es un intento de replantear el siglo XIX a partir de sus pintores y de los poetas que escribieron sobre ellos. Hay en esa época una inadecuación entre la ideología y el arte. Las interpretaciones decimonónicas, ya sea en términos de naturalismo como Zola o de positivismo con Clemenceau, no se corresponden con la pintura. Lo que me interesa de ese breve texto de Mallarmé es, precisamente, que no toma a Monet por un naturalista, sino que lo ve con un punto de vista diferente, casi filosófico. Se plantea la misma cuestión que planteábamos con Picasso: ¿cuál es la idea de esta pintura? Es una interpretación insólita para el siglo XIX.
P. En el desarrollo de la pintura de Monet, ¿cuál es el valor de la práctica frente a la teoría?
R. Monet era un autodidacta. De hecho, es el pintor más específicamente pintor, en sentido de embadurnar, y también el más espontáneo. En el fondo se sirve de las teorías que se aplican a su pintura. Está ligado al grupo de Clemenceau y al ateísmo finísecular, que son los hombres de poder del momento. El propio Clemenceau organiza ya oficialmente la sala de las Ninfeas en vida del pintor. Monet comprende el beneficio material que saca de todo ello y, por supuesto, no se opone a las interpretaciones que éstos hacen de su obra. Pero si atendemos a la obra, nos damos cuenta de que está enteramente determinada pór las calidades pictóricas, por la factura, y no por un orden de los fenómenos, que es secundario frente al de la práctica. En el desarrollo de su trabajo vemos, progresivamente, una tendencia a evacuar el tema En sus series -que son las primeras de la historia de la pintura, lo que ya supone una relación excéntrica con el modelo-, la pintura llega poco a poco a habitar totalmente el cuadro y finalmente el motivo pierde realidad. No existe ya profundidad; nos encontramos con una perspectiva moderna".
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