José Carreras entusiasmó en Granada con sus canciones mediterráneas
Josep Carreras, uno de los grandes tenores de hoy, se presentó en el patio de Carlos V, dentro del programa del Festival de Música y Danza de Granada, con un recital inteligentemente escogido. Divo operístico por naturaleza, cultivador magnífico de un belcantismo que en su voz, su dicción y su expresividad se nos aparece corno algo inédito, Carreras realizó un viaje imaginario por el mundo de la canción mediterránea con esealas en Francia, Italia y España.
Recibido con interminables ovaciones por un público que llenó el anillo de Carlos V, Carreras acompañado con puntual musicalidad por Miguel Zanetti, levantó oleadas de entusiasmo con lo que las obras anunciadas tuvieron continuación en diversas propinas, muy especialmente en un Adiós a la vida, de Tosca, en el que lució el timbre, el aliento gramático, el irresistible mordente y la preciosa pronunciación de Josep Carreras.
Idéntica elegancia melódica y armónica posee Massenet en sus óperas y en sus melodías; análogas son también las dificultades de interpretación. Tres canciones del autor de Manon, inauguraron el recital y también el ambiente entusiasta del público. Si Massenet puede ser discutido, resultará difícil hacerlo en el caso de las canciones de Restighi, aquel gran italiano que hizo limitar su arte con todas las corrientes coetáneas. Niebla, tantas veces escuchada a voces femeninas, resaltó todos sus valores en el timbre y la pasión poética de Carreras.
Quiso el tenor catalán recuperar unas cuantas canciones de Peolo Tosti, superadoras del género de salón a pesar de mantenerse fiel a sus esencias. En definitiva el pensamiento musical de Tosti no queda lejano del de Massenet, sobre todo por la naturaleza de la invención melódica.
Joyas de la lírica
Se han divulgado mucho las versiones que hace Carreras de las canciones de Federico Mompou sobre poemas de Janés. Estamps ante auténticas joyas de la lírica contemporánea, insertas en el panorama general europeo y a la vez, plenas de sustancias y procedimientos personales de Mompou. Como en las otras lenguas, y aquí con mayor razón, el catalán de Janés y Mompou se hace en carreras bellísima experiencia.Si las siete canciones populares de Falla no son privativas de la voz femenina (incluso algunos textos la contradicen), bastaría conocer la interpretación de Carreras para desechar tal supuesto.
Desde el Paño al Polo, Manuel de Falla nos llegó en la nobleza de su esencia y de su forma, en la perfección de un estilo que parte de lo popular sin querer reproducirlo ni imitarlo.
En cuanto al poema en forma (le canciones de Joaquín Turina, siempre supuse que era más idóneo para la voz del hombre que para las femeninas y ahora ante la versión del tenor José Carreras, me atrevo a asegurarlo. Las canciones sobre Campoamor sonaron como si se tratara de novedades absolutas.
En suma, el divo Carreras no lo es sólo de la ópera sino también de la canción del mismo modo que no se trata, únicamente de un cantante excepcional, sino también de un músico de excepción.
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