El fuerte incremento del IPC en mayo quiebra la tendencia a la baja de la inflación mantenida durante dos años
El fuerte incremento del Indice de Precios al Consumo (IPC) en el mes de mayo (1,4%), aparte de hacer saltar en casi ocho décimas el tope del 6,09% de aumento de los precios previsto en el Acuerdo Nacional de Empleo (ANE) para la revisión automática de los salarios, ha quebrado la suave tendencia deflacionista que registraba la economía desde hace unos dos años. Esta quebrantamiento se arreciará, previsibimente, con la serie de subidas de precios que se esperan para el mes de julio, que van desde el azúcar hasta las gasolinas. Ayer, la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos aprobó una subida del 10,55% en los precios del pan y la harina, a la que hay que añadir el de los libros de texto, entre un 9% y 11 %, que fue aprobada hace quince días y se publicará pronto en el BOE. Hoy suben un 12% las tarifas aéreas nacionales.
La subida del 1,4% en el IPC en mayo coloca la inflación acumulada en los cinco primeros meses del año en un 6,8%, es decir algo más de siete décimas por encima del límite del 6.09% establecido en el ANE para la revisión automática de los salarios en el segundo semestre del año. A falta de los datos del mes de junio, que no estarán listos hasta finales de julio, la revisión de salarios se presenta como un hecho cierto a juzgar por algunos indicadores que presagian para junio un incremento adicional del IPC superior al 1%.Expertos consultados por este periódico estiman que la vuelta a una situación claramente inflacionista, pese a los efectos perniciosos que esto significa, tiene su lado positivo en el aparente fin que se ha producido en la atonía general que registraba la economía española desde hace tiempo. Las causas profundas de la subida del IPC en el mes de mayo -y, hasta cierto punto, en las de marzo y abril- confirman este planteamiento, ya que ha sido el apreciable incremento del consumo privado el primer responsable, junto a los capítulos de alimentación (que subió 1,7%), servicios médicos (otro 1,7%) y otros gastos (3,8%), del fuerte incremento registrado por la tasa inflacionista.
Medios solventes próximos a la Administración estiman ahora que la inflación, a finales del año, no sólo superará la previsión gubernamental con la que se elaboró el ANE -del 12%, en tasa anual-, sino que también sobrepasará el 14,4%. con el que se terminó el pasado año. Las mismas fuentes señalan, en este sentido, que, a la vista de la evolución del IPC en los primeros meses del año y la tendencia general de ciertos indicadores, el secretario general técnico de Economía, Luis María Linde, se ha podido quedar algo corto al reconocer, esta semana, que la inflación superará este año el 13%.
La tesis de que ha sido el relanzamiento del consumo la causa más importante del incremento de los precios la basan expertos estadísticos en lo que muestran algunos de los pocos indicadores que se tienen para medirlo. Tal es que el caso del incremento de la matriculación de automóviles, la disponibilidad de carne, mayor consumo de cartón y energía eléctrica y la evidente recuperación de los consumos de las gasolinas, entre otros. Todos ellos apuntan, asimismo, hacía un cierto relanzamiento de la actividad económica, en el que también ha podido influir la celebración del Mundial de Fútbol.
Aparte del estímulo del consumo, otro agente responsable de los incrementos de precios ha sido el capítulo de la alimentación, que ha estado subiendo desde abril a un ritmo más acentúado que en meses anteriores. Si la disminución de las tensiones inflacionistas registradas en los últimos años se debieron, fundamentalmente, al mejor comportamiento de los precios alimenticios, ha sido precisamente la fuerte subida de estos artículos la que ha provocado ahora el efecto contrario.
Así, la alimentación registró un crecimiento en abril del 1,7%. Igualmente, vestido, menaje, servicios médicos y otros gastos subieron más de un punto con el último capítulo haciéndolo en 3,8%. El incremento de los precios de restaurantes y periódicos han sido, precisamente, los más importantes en estos gastos varios.
Relajamiento de la política monetaria
La situación del campo, en un año seco, ha sido otra razón adicional para justificar un incremento que, a su vez, guarda una estrecha relación con el relajamiento de una política monetaria, que posibilita la circulación de más dinero en el sistema y, en consecuencia, de más consumo.
A la vista de las subidas de precios que están pendientes, es de esperar que continúe la tendencia inflacionista confirmada en mayo. Ayer, la conisión delegada autorizó un incremento del 10,557 en los precios del pan, fijando un precio máximo para el kilogramo de 77,72 pesetas. La comisión dejó en suspenso otra subida de los precios del azúcar, que será considerada, previsiblemente, en la próxima reunion del grupo. Otra subida de los precios del agua, fue retirada a última hora por el ministro de Transportes, Luis Gámir. Al parecer, la subida prevista para el agua era del 11% frente a una propuesta del 20% presentada previamente.
Las gasolirias son otro capítulo pendiente de autorización, y todo indica que, tras el inicio del estudio de los datos sobre coste de crudos y cambio del dólar, el último Consejo de Ministros de julio dé el visto bueno a tal subida. Fuentes informadas estiman que el incremento no será superior a las dos o tres pesetas por litro.
La comisión delegada analizó dos informes sobre el fraude en el desempleo y el paro registrado. En el primer capítulo se ha constatado un ahorro de unos 24.737 millones de pesetas al 19 de junio, previsiblemente, desde que comenzó el año. Las medidas más efectivas de control de prestaciones, cotizaciones y sanciones son las responsables. En cuanto al paro registrado, se informó que ha disminuido por tercer mes consecutivo, aunque, con el efecto de la estacionalidad, parece seguir aumentando. El número de parados registrados en mayo era de 1.792.705 personas, es decir, un 13,88% de la población activa. Este número era inferior en 8.628 personas al de abril y más de 24.000 al de febrero.
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