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Doce horas de debates para designar Santiago como sede de las instituciones gallegas

Doce horas de tedioso debate, sólo ocasionalmente animado por los numerosos incidentes que protagonizó el ex secretario general del PSOE gallego, Francisco Vázquez, concluyeron avanzada la madrugada de ayer en el Parlamento de Galicia con la esperada elección de Santiago de Compostela como sede de los poderes ejecutivo y legislativo de la comunidad autónoma. Sesenta de los 68 diputados presentes apoyaron con su voto la enmienda transaccional al proyecto de ley de Sedes de la Junta, por la que se decide también el establecimiento del Tribunal Superior de Justicia, previsto por el estatuto, en la ciudad de La Coruña.

El debate se redujo a una constante reiteración de las llamadas tesis coruñesistas por parte de los diputados que habían presentado cuatro enmiendas a la totalidad del proyecto de ley de Sedes de la Junta. Basadas en la común argumentación de que la ciudad de La Coruña debería albergar el Gobierno autónomo por su condición de capitalidad fáctica de Galicia y la superior infraestructura administrativa de que dispone, todas las enmiendas fueron derrotadas.El ex presidente de la UCD gallega, Manuel Iglesias Corral, fue el más radical de los enmendantes, al pedir la devolución a la Junta del proyecto de ley que fija la capital en Santiago. Tras asegurar que el proyecto viola la Constitución, carece de la imprescindible autoridad y resulta "extravagante y esperpéntico" en su formulación jurídica, Iglesias propuso la remisión del texto al Tribunal Constitucional. Su intervención fue entusiásticamente aplaudida, ante el estupor de los restantes parlamentarlos, por el ex secretario general del PSOE gallego, Francisco Vázquez, autor de otra de las enmiendas, por la que se pedía el reparto de las sedes autonómicas entre Santiago y La Coruña.Vázquez, que provocó la retirada de varios parlamentarios centristas al negarse a pedir disculpas a la Cámara por una anterior alusión, aparentemente incorrecta hacia ella, interrumpió después un discurso de otro diputado para asegurar, desde los asientos del público, que había recibido un anónimo amenazador contra su familia. Varios parlamentarios, que interpretaron su actitud como una deliberada provocación, dirigieron duros calificativos al parlamentario socialista.

El consejero de Interior de la Junta, José González Dopeso, que impulsó en sus comienzos el coruñesismo, originó posteriormente otro incidente con el anterior jefe del Gobierno preautonómico, José Quiroga al defender una enmienda similar a la de Francisco Vázquez.

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