ETA como pretexto
Las defensas de los guardias civiles procesados en el caso Almería insisten, contra la evidencia de todos los datos oficiales que obran en el sumario, en que las tres jóvenes víctimas de trágico suceso constituían un comando legal de ETA que actuaba en apoyo del que atentó en Madrid, en los primeros días dé mayo de 1981, contra el teniente general Valenzuela.Aunque el defensor del teniente coronel Carlos Castillo Quero desaprovechó el pasado viernes la ocasión que le brindaba el turno de interrogatorio a su defendido para que este ilustrase al Tribunal sobre los datos oficiales que pudieran fundamentar esta creencia, el tema es abordado ahora por este mismo defensor, fuera del marco procesal, en una entrevista concedida a este periódico.
La táctica defensiva basada en el principio de que la mejor defensa es el ataque resulta bastante común, por lo acertada que se ha demostrado en muchos órdenes de la vida, pero no parece la más adecuada en el ámbito procesal. El teniente coronel Castillo Quero y los dos subordinados suyos que se sientan en el banquillo ante el tribunal que les juzga, tienen que defenderse de unos hechos concretos que les imputa el ministerio fiscal y la acusación particular, calificados por uno de homicidio y por otro de asesinato, y no de los tres jóvenes que resultaron ser las víctimas de estos hechos.
Aunque algún dato oficial hubiera fundamentado la militancia terrorista de las víctimas, ésta hubiera tenido un papel muy secundario en el enjuiciamiento de los hechos concretos -muerte de tres detenidos esposados mientras eran conducidos por un destacamento de once guardias civiles en pleno desierto almeriense- que se desarrollaron en la madrugada del día 10 de mayo de 1981 en la carretera comarcal de Gérgal.
Pero es que no hay ningún dato oficial en el que se apoye la creencia del teniente coronel Castillo Quero y de los abogados que le defienden sobre la militancia terroristas de las víctimas del caso Almería. El propio Mando Unificado para la Lucha Contraterrorista (MULC) comunica por télex a Almería, en aquella madrugada, que los tres detenidos son desconocidos en base, es decir, que no tienen antecedentes delictivos en el banco de datos de este organismo.
La creencia del teniente coronel Castillo Quero, según se desprende de sus declaraciones en el juicio, tiene una dimensión puramente subjetiva, basada en la valoración que él hace de las tácticas revoucionarias de ETA, y no en los datos que ofrecen los propios servicios de información e investigación del Estado, y tampoco en la exhibición por parte de los detenidos de los documentos de identidad legales que el propio Estado exije a los ciudadanos para su identificación ante los agentes del orden.
La propia defensa de los procesados ha insistido a través del tribunal para que la Dirección General de la Seguridad del Estado informe de los datos que pudieran obrar en el MULC sobre una supuesta infraestructura de ETA en Almería y, en concreto, sobre la existencia de contactos o conexiones entre Luis Cobo, Luis Montero y Juan Mañas y ETA.
La respuesta del organismo de seguridad del Estado, remitida al tribunal el pasado mes de mayo, ha sido que no se tiene conocimiento de la existencia de contactos o conexiones entre las citadas personas y la organización terrorista vasca.
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