Los prisioneros argentinos, dispuestos a regresar a casa
Dos comidas calientes al día, duchas y servicios médicos. El tiempo de la angustia ha terminado para los cerca de 5.000 prisioneros argentinos que esperan desde ayer con impaciencia a bordo del buque Canberra, frente a las costas de isla Soledad, a que éste leve anclas para regresar a casa.El Foreign Office anunció en Londres que un primer contingente de prisioneros argentinos podrían comenzar a abandonar el archipiélago a bordo de dos barcos británicos, el Canberra y el Norland, que los trasladarán directamente a Argentina.
El número total de prisioneros, cifra reconocida oficialmente por Buenos Aires, es de 5.500, que serán desembarcados en un muelle argentino de Puerto Madryn.
En opinión del enviado especial de The Times en Puerto Stanley, el estado de los prisioneros es menos catastrófico de lo que dejaba pensar la descripción dada por el almirante Sandy Woodward, y muy pocos sufren desnutrición o síntomas de congelación. "La mayor parte de ellos", escribe el periodista, "parecen estar en un estado relativamente bueno, a pesar de los días pasados en las trincheras a bajas temperaturas".
En la mañana del jueves, cuando fueron embarcados, sigue el periodista, muchos mostraban una salud excelente y los rostros bronceados. Tras tomar una ducha, una sopa y algo de carne, fueron distribuidos en los camarotes.
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