Por segunda vez en una semana, las ausencias de la izquierda salvan al Gobierno de una derrota parlamentaria

Por segunda vez en una semana, las ausencias de diputados de la izquierda salvaron al Gobierno de una derrota segura, tras haberse quedado ayer, en el Pleno del Congreso, con el único apoyo de la Minoría Catalana y del ex ministro Manuel Clavero en la votación para convalidar o derogar un decreto-ley que pretende paliar la situación creada especialmente la retirada de la LAU. La abstención de Coalición Democrática y el voto negativo a la convalidacióndel resto de la oposición pusieron al gobierno contra las cuerdas. Sólo la ausencia de más de 20 diputados de los grupos que votaron negativamente permitió la victoria, por un solo voto, del partido gubernamental

El nerviosismo fue patente al término de la votación, especialmente entre los diputados comunistas -faltaron Santiago Carrillo, Nicolás Sartorius, Antonio Palomares, Jaime Ballesteros y Francisco Cabral- quienes recientemente acusaron a los socialistas a propósito de sus 23 ausencias en la votación sobre el cambio del orden del día para anticipar el debate de las mociones contra el director general de RTVE, Carlos Robles Piquer.A este motivo, hay que añadir en los diputados comunistas presentes en la votación, la irritación por haber salvado al Gobierno en una cuestión como las secuelas de la retirada de la LAU, en la que el grupo comunista ha mantenido una posición clara contra el Gabinete de Calvo Sotelo, y que se materializó ayer en una intervención de la diputada Eulalia Vintró, que fue aplaudida por numerosos diputados de la oposición.

A propuesta del Partido Nacionalista Vasco (PNV), a la que se adhirieron socialistas y comunistas, la votación no se realizó por procedimiento electrónico, sino por el de levantarse a votar. De ahí que no quedara constancia exacta de los diputados ausentes, especialmente en los grupos numerosos, como el socialista. Sin embargo, se puede afirmar que aproximadamente unos diez diputados del PSOE no participaron en la votación.

Votaron favorablemente a la convalidación del decreto-ley sobre suplementos de crédito y créditos extraordinarios para atenciones urgentes a las universidades, 146 diputados, pertenecientes a UCD, a Minoría Catalana y el diputado del Grupo Mixto y ex ministro Manuel Clavero.

Votaron en contra 145 diputados, pertenecientes a los grupos socialista, comunista, PNV, andalucista y los diputados del Grupo Mixto pertenecientes al Partido de Acción Democrática (PAD), así como Fernando Sagaseta, Ramón Tamames, Andrés Fernández, Pilar Brabo, Modesto Fraile y Carlos Gila. Estos dos últimos estrenaron ayer escaño en el Grupo Mixto. Se abstuvieron doce diputados de CD.

Clavero, salvador de UCD

El sorprendente resultado suscitó un pequeño aplauso desde los escaños centristas, que por parte del secretario general de UCD, Iñigo Cavero, pareció dirigirse, como ya lo hiciera en la votación del martes pasado, hacia su antiguo compañero de Gobierno, Manuel Clavero, quien tuvo ayer la llave de la convalidación del decreto-ley. Seguidamente fue sometida a votación la tramitación del decreto-ley convalidado como proyecto de ley, y fue aceptada por 291 votos favorables, 4 en contra y 6 abstenciones. El alcance de esta tramitación es la posibilidad de introducir modificaciones en el decreto ley que, mientras tanto, permanece vigente.

La sorpresa por el resultado de la votación provino del recuento mental que el propio partido gubernamental había hecho de los apoyos con que contaba, y del que se deducía su derrota. En efecto, y aún sin contar las ausencias centristas, UCD sólo podía contabilizar a su favor sus 149 diputados que, unidos a los 8 de Minoría Catalana e incluso a Clavero suman 158 votos.

Por el contrario, la suma de los 117 diputados socialistas, 21 comunistas, 7 andalucistas, 7 del PNV, 10 del PAD y los 6 del Grupo Mixto, que era previsible que votaran con la oposición, sumaban un total de 168 votos, que superaban con creces los favorables al Gobierno. Sin embargo, según pudo saber EL PAÍS, en esta ocasión las ausencias de la izquierda no parecen haber sido intencionadas ni fruto de ningún tipo de negociación, al margen de la consideración objetiva que políticamente merezca la ausencia del escaño en una votación importante.

El ministro de Educación y Ciencia, Federico Mayor Zaragoza, aseguró que el decreto ley que se sometía a convalidación cumple los requisitos de seriedad y urgencia para poner a disposición de las universidades medios suficientes para comenzar el curso próximo. Manifestó que las nueva contratación de profesorado, que el decreto ley permitirá, y la dotación de más de 2.000 millones de pesetas, permitiría dar luz verde a un paquete de medidas para solucionar otros problemas de la universidad.

Criticas y pateo de la izquierda

El socialista Alfonso Lazo calificó de lamentable la acción del Gobierno en materia universitaria, y especialmente la retirada de la LAU y la presentación al Parlamento de un decreto ley para apaciguar los ánimos y que no se produzcan conflictos en el estamento más perjudicado por la falta de una ley, el profesorado. Calificó de chapuza peligrosa el decreto-ley aprobado por el Gobierno.

Contestó el centrista Arturo Moya, quien fije objeto de un pateo desde los escaños de la izquierda cuando aseguró que el decreto ley no es del Gobierno ni de la UCD sino la respuesta que pide la Universidad. Escuchó también risas seguidas de un pequeño pateo al terminar, cuando dijo: "estamos en los últimos metros del período de sesiones y la universidad no está mirando para que le resolvamos algunos de sus problemas". Lazo recordó el rechazo centrista al incremento de dinero para la universidad durante el debate presupuestario y cuando Moya replicó que los socialistas se estaban oponiendo a que los profesores tengan estabilidad en su empleo, el abucheo y pateo adquirió gran intensidad.

Luis Berenguer, por el PAD, recordó que el debate que se celebraba no se hubiera producido sin la desdichada decisión del Gobierno de retirar la LAU, y calificó el decreto-ley de "plato de lentejas y parche inadmisible. Por el PNV, Iñigo Aguirre sugirió al Gobierno que buscara apoyos entre los socialistas, recordando el debate parlamentario del martes. Landelino Lavilla pidió al diputado que no hiciera alusiones que pudieran resultar molestas.

La intervención más vibrante de la oposición fue la de la comunista Elaulia Vintró, quien consideró "una vergüenza presentar un decreto ley para resolver pequeños problemas de una universidad que los tiene tan grandes".

Recordó los cuarenta meses de tramitación de la LAU y fue aplaudida en diversos momentos de su intervención desde los escaños de la izquierda, como cuando señaló al ministro que cómo podía decir, que no tenía cubiertas las plantillas, cuando el Gobierno al que pertenece es el culpable de no haberlo hecho en los presupuestos, o cuando recordó las enmiendas de su grupo para incrementar los presupuestos en ayuda de la universidad.

Eulalia Vintró pidió al Gobierno que no comprometiera la dignidad del Parlamento sometiendo a suaprobación un decreto-ley que no soluciona la situación de la universidad.

En una intervención final, el ministro de Educación y Ciencia insistió ante todo en la defensa del proyecto.