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La caída de Puerto Argentino

Los generales Menéndez y Waters negociaron el alto el fuego

Un alto el fuego de 18 horas, preámbulo de una inminente capitulación de las fuerzas argentinas, entró en vigor anoche en las islas Malvinas después de que las tropas británicas, en una victoriosa ofensiva, llegaran hasta las afueras de la capital del archipiélago, obligando al jefe militar argentino, general Mario Benjamín Menéndez, a conferenciar con el segundo jefe inglés, general Waters.El general Menéndez voló posteriormente a Buenos Aires para discutir con la junta Militar las condiciones del alto el fuego que negoció con los ingleses y deberá estar de retorno en las islas antes de que finalice la tregua, a las 10 de la mañana hora local (3 de la tarde, hora de Madrid). La Junta Militar había autorizado previamente al gobernador de las Malvinas a conferenciar con el jefe militar inglés. El portavoz del Estado Mayor Conjunto, capitán Enrique de León, declaró anoche que "la batalla por Puerto Argentino es sólo un combate más y la República Argentina jamás renunciará a sus derechos de soberanía sobre las islas Malvinas, porque es un objetivo nacional". El portavoz se negó a responder a las preguntas de los informadores, contra lo habitual en sus conferencias de Prensa.

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La triunfal ofensiva inglesa se inició en la madrugada del pasado sábado y tuvo su última etapa ayer, cuando un ataque simultáneo por tres puntos diferentes rompió las líneas defensivas argentinas e hizo posible la conquista de dos alturas estratégicas, monte Tumbledown y Wireless Ridge, situadas tan sólo a cuatro kilómetros al oeste de la capital, Puerto Argentino, que, según todos los indicios, volverá a llamarse pronto Port Stanley.

Los comunicados oficiales del Estado Mayor argentino, teñidos de triunfalismo, dejaron paso ayer a una serie de breves comunicados en los que se fue reconociendo paulatinamente que las fuerzas británicas estaban avanzando hacia la capital. Pasa a la página 3

Todos los jefes de de las regiones militares argentinas han sido convocados a Buenos Aires

Viene de la Primera página

Según la agencia France Presse, todos los jefes de las regiones militares argentinas (generales de brigada y de división) fueron convocados ayer a Buenos Aires. El general Menéndez podría dirigirles una alocución.

Como es tradicional en estos casos, los partes de guerra del bando que lleva las de perder en el conflicto subrayaron la "heroica resistencia" y el "gran valor y decisión" de los defensores, que debieron hacer frente a un enemigo "superior en número, medios y tecnología".

El factor tecnológico fue calificado ayer como decisivo para el resultado final de la batalla por fuentes militares argentinas, una de las cuales recordaba que "el ejército enemigo forma parte de la OTAN y cuenta con elementos de alto desarrollo tecnológico". La capacidad de lanzar ataques nocturnos, gracias a sofisticados sistemas ópticos de rayos infrarrojos, era puesta de relieve por otro oficial argentino, que recordaba que "no hemos luchado contra la tercera potencia mundial únicamente, sino también contra la primera", en una obvia alusión a la ayuda que presta Norteamérica al Reino Unido.

Preparándose a lo peor

Los sucesivos comunicados del Estado Mayor, que preparaban a la opinión pública para lo peor, es decir, para el anuncio de la derrota y de la capitulación, interrumpieron en varias ocasiones la retransmisión televisiva en directo desde Sevilla del partido de fútbol entre Brasil y la Unión Soviética, que se siguió en Argentina con mucha expectación.

El campeonato mundial de fútbol, un acontecimiento esperado con ansiedad por los argentinos desde que su selección ganara la edición anterior, en 1978, quedó así empañado por lo que a nadie se le oculta ya es una derrota militar en las Malvinas.

La Junta Militar gobernante se reunió en la madrugada de hoy, hora de Madrid, para evaluar la situación y, presumiblemente, dar instrucciones al general Menéndez, antes de su retorno a las islas. El brigadier Basilio Lamy Dozo, jefe de la fuerza aérea, había viajado ayer a las bases del sur del país y hecho declaraciones que hacían suponer que la lucha iba a continuar. Lamy Dozo regresó urgentemente a Buenos Aires, para participar en la reunión de la Junta con sus otros dos miembros, el presidente, general Leopoldo Galtieri, y el comandante en jefe de la Armada, almirante Jorge Anaya.

Las condiciones que se acepten para la capitulación, la forma en que se ha desarrollado la guerra, e incluso la decisión misma de ocupar las Malvinas el pasado 2 de abril podrían provocar importantes fisuras no sólo en el seno de la Junta Militar, sino también dentro de las fuerzas armadas. Entre los numerosos rumores que corrían anoche por el tenso clima en Buenos Aires más,de uno apuntaba a una próxima dimisión de Galtieri, o incluso de la Junta en pleno, de manera más o menos voluntaria.

Quieren la "guerra total"

Algunos sectores del régimen militar son partidarios de proseguir la "guerra total" contra Gran Bretaña, aunquie se pierdan las islas Malvinas. El propio general Alfredo Saint Jean, ministro del Interior y uno de los jefes militares que parece tener mayor futuro político en este país, hizo unas declaraciones a la televisión inglesa, ampliamente recogidas por la prensa argentina, en las que expresaba su intención de proseguir la lucha. Si los ingleses tomaran las Malvinas, dijo Saint Jean, "recurriríamos a operaciones de hostigamiento y, en cuanto fuera posible, volveríamos a desembarcar".

El victorioso asalto final de las fuerzas británicas contra la capital del archipiélago que produjo a los 72 días de su ocupación por Argentina y más de tres semanas después de que las tropas expedicionarias consiguieran establecer una cabeza de playa en la costa noroccidental de la isla Soledad, la principal de las Malvinas, para avanzar desde allí hacia la capital, que era el objetivo político, militar y psicológico de mayor importancia en esta guerra, extraña y anacrónica, que han librado y libran todavía dos países del bloque occidental separados por 14.000 kilómetros de océano.

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