Fahd, la verdadera encarnación del poder saudí
El príncipe Fahd Ben Abdel Aziz, sexto hijo del legendario rey Abdel Aziz, de Arabía Saudí, ha sucedido a su hermanastro el rey Jaled y se ha convertido en el quinto soberano del reino saudí desde la creación del reino en 1932.Fahd nació en 1922 y es el jefe reconocido del grupo de los Sudeiri, uno de los más influyentes entre los 4.000 o 5.000 miembros de la familia real saudí.
Desde la fundación del reino, en 1932, los Sudeiri han sido considerados como el poder detrás del poder. Durante todo el reinado de Jaled Ben Abdel Aziz, el príncipe Fahd ha sido el verdadero hombre fuerte del régimen, debido fundamentalmente a la precariedad de la salud de su medio hermano Jaled.
Fahd fue nombrado príncipe heredero pocas horas después de la muerte del rey Faisal, el 25 de marzo de 1975, e inmediatamente después de que Jaled fuera designado rey. Los hermanos de Fahd y sus descendientes han ocupado siempre importantes puestos en el Ministerio de Defensa y del Interior y han sido gobernadores de las dos importantes ciudades de Riad y La Meca.
Sólo la guardia nacional, que es otro de los pilares del reino, había quedado fuera del control de los Sudeiri.
A pesar de que en 1978 el presidente Carter quiso convencerle durante su visita a Riad de asociarse al proceso negociador de Camp David sin ningún éxito definitivo, el príncipe Fahd es autor del llamado plan Fahd, de siete puntos, que fue presentado en Fez en noviembre de 1981, ante la fallida duodécima cumbre árabe, que se piensa podría reanudarse de nuevo en Fez antes de este fin de año.
La postura adoptada por Fahd frente a Carter en 1978, que reafirmaba el apoyo de su país a la OLP palestina, sigue siendo la base del plan que lleva su nombre y que, aunque rechaza los acuerdos de Camp David, reconoce expresamente el derecho a la existencia de todos los países, una afirmación que ha sido interpretada por los árabes, y en particular los palestinos, como el reconocimiento tácito del derecho a la existencia del Estado de Israel.
Fahd intentó en los últimos años frenar las exigencias del Frente Arabe de la Firmeza, tendentes a lograr una ruptura total del mundo árabe con Egipto. Desde el asesinato del presidente egipcio Anuar el Sadat ha sido uno de los más firmes defensores de la reanudación de relaciones con Hosni Mubarak y de la reintegración de Egipto en el seno del mundo árabe.
El rey Fahd, mucho más occidentalizado que sus hermanos y hermanastros, más abierto a la cultura del Viejo Continente, ha sido siempre considerado como un hombre inclinado hacia Estados Unidos, como medio de contrarrestar la pugna mantenida por las grandes potencias en aquella región.
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