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'Cumbre' atlántica en Bonn

Calvo Sotelo reafirma ante los aliados la vocación iberoamericana de España

España reafirmó ayer ante la cumbre de la Alianza Atlántica, que se celebra en Bonn, su "inequívoca vocación iberoamericana", y advirtió que el conflicto de las Malvinas "amenaza con abrir una honda grieta de muy graves consecuencias políticas e históricas para el mundo occidental".

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La declaración española fue formulada por el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, en su primera intervención como jefe del Ejecutivo español en una cumbre de la Alianza Atlántica desde la formalización del ingreso de España en la OTAN el pasado 30 de mayo.España fue, sin duda, la vedette de la sesión inaugural, que se celebró en medio de un impresionante despliegue de medidas de seguridad en el edificio del Bundestag (Cámara Baja), de la capital federal. La ceremonia duró exactamente 55 minutos y Calvo Sotelo cerró el turno de oradores en su calidad de presidente del Gobierno del país número dieciséis de la OTAN.

Los actos comenzaron con la colocación de la bandera española junto a las demás enseñas nacionales de los países miembros de la Organización, situadas a ambos lados del gran águila germana que preside el Bundestag.

El camino de la libertad

Tras escuchar unos compases de una sinfonía de Haydn, de acuerdo con la interpretación de una pieza clásica, hicieron uso de la palabra el canciller federal, Helmut Schdmit, como jefe del Gobierno del país anfitrión; el presidente de honor rotativo de la Alianza, en este caso el primer ministro canadiense, Pierre Trudeau, y el secretario general de la OTAN, Joseph Luns, quienes rindieron tributo a la incorporación española a la Alianza.

Calvo Sotelo leyó su discurso de contestación con voz clara, pausada, no exenta de firmeza en los pasajes claves de su intervención. Después de señalar que el ingreso de España en la Alianza suponía "el final de un largo período secular de aislamiento", y, al mismo tiempo, "un paso decisivo en el camino de la libertad recobrada por el pueblo español". "Al restituir a España su libertad", dijo, "hemos querido también restituirle la posición que no pudo alcanzar en 1949 (fecha de la constitución de la Alianza), seguros de que nuestro destino está unido a los países occidentales de nuestro entorno".

A continuación definió su concepción de la organización atlántica. "Frente a los que no quieren ver en la Alianza más que una organización militar para el enfrentamiento entre bloques de países, mi Gobierno entiende la Organización como una comunidad de pueblos libres, unidos en la defensa de unos valores de la democracia española".

La concepción,europea de España se perfecciona y se completa con su vocación latinoamericana, "de la que queremos dejar constancia clara desde este momento inicial". España no renuncia a su identidad propia, ni a sus relaciones internacionales, ni a su personalidad, porque "estos valores vienen a enriquecer el patrimonio de la Alianza misma"

Honda grieta

Para Calvo Sotelo no existe contradicción alguna "entre nuestras dos vocaciones, europea e iberoamericana". "Y digo esto con toda convicción, precisamente ahora, cuando un conflicto bélico desgarra el mundo occidental y amenaza con abrir en él una honda grieta de muy graves consecuencias políticas e históricas".

Calvo Sotelo reiteró la voluntad española de encontrar una solución que evite el distanciamiento entre Latinoamérica y Europa, "una solución al servicio de la fórmula que reduzca todo lo posible la inevitable cicatriz de la herida que han abierto ya los hechos de armas".

En este contexto, manifestó que, aunque el uso de la fuerza "no es el procedimiento" para resolver los problemas pendientes, "también es cierto que los pueblos necesitan de soluciones diligentes y generosas en el sentido de la historia para no convertirse en focos de tensión internacional".

La parte final de la intervención de Calvo Sotelo fue una exposición de la vieja teoría romana del do ut des, en otras palabras, qué me das tú a cambio de lo que te doy yo. Y en este sentido, Calvo Sotelo dijo que "España llega a la Alianza con voluntad de cooperación, con voluntad de participación efectiva en los muy distintos órganos de la Alianza".

Pero, a cambio, "mi Gobierno espera también la cooperación de la Alianza en cuestiones centrales de nuestra política nacional". Estas cuestiones centrales de la política nacional española son, para el jefe del Ejecutivo español, "una solución pronta y negociada del contencioso sobrel Gibraltar, la incorporación de pleno derecho a las Comunidades Europeas y la lucha contra el terrorismo". El discurso del presidente del Gobierno español Calvo Sotelo fue largamente aplaudido por parte de todos los asistentes a la ceremonia, incluída Margaret Thatcher, que palmoteó cortesmente, a pesar de las alusiones a las Malvinas y a Gibraltar.

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