La tradición puesta al día
Areilza disertó cierta vez sobre la modernidad y, al final, se le acercó un señor de su misma clase social para reprocharle las alabanzas del término. La modernidad es progresía, libertad de pensamiento, emancipación y, por consiguiente, el fin de la España tradicional. "Si le das ese sentido a la modernidad, qué le vamos a hacer", le contestó Areilza.Y cultura "es una manera de estar en la vida", que empieza para este vasco de ancho munde, cada día a las seis de la mañana. Lee durante dos horas en uno de los cuatro idiomas que domina: castellano, inglés, francés o alemán. Escribe artículos, ensayos. O hace notas de lectura. Tiene, por ejemplo, un pequeño diccionario de citas particular. Porque Areilza es un lector de tercer grado -sólo para mentes maduras-, a la manera que lo ha plasmado Herman Hesse.
Como los vascos de la generación del 98 -Maeztu, Unamuno, Baroja-, escritores en castellano, desmiente con su universalidad el mito del ensimismamiento, el mito de la soberbia señalado por Ortega. "El vasco se siente firme dentro de sí mismo y a eso no lo llamaría yo soberbia, sino valoración de lo específico". Virtud ésta que no le parece "antiespañola sino muy española".
¿Goya o Velázquez?. Velázquez, por supuesto. "Es la serenidad, el equilibrio en la contemplación del mundo". Goya es la revolución francesa que ha llegado a España. El genio proletario. "La explosión de la modernidad de España".
¿Proust o Joyce?. Proust. "Nadie como él ha llevado la luz de su penetración a las cámaras oscuras y secretas que tiene el hombre". Textos de Proust "pueden ser más útiles para comprender lo que es el hombre por dentro que lo que le contaban a Freud en el diván de Viena sus enfermos". Joyce le parece un genio de la lengua inglesa. Pero profundamente desesperado.
Aureliano Buendía, el coronel de Cien Años de Soledad, de García Márquez, un personaje que se va deteriorando a medida que adquire poder. Lo subraya Areilza: "El hombre que pasa por la prueba del poder y no pierde calidades humanas merece el respeto de todo el mundo".
Sus cinco gigantes de la modernidad son Picasso: "porque trajo muchas cosas nuevas para el entendimiento estético del mundo"; De Gaulle: "tenía un entendimiento nuevo y clarividente de los problemas de Europa y del mundo"; Juan XXIII: "se atrevió a abrir las puertas del castillo de la Iglesia no solamente para que la gente entrara sino también para que la gente pudiera salirse del portón". Toymbee: "después de él, la historia ha quedado concebida, de otra manera". Y el mito de Kennedy: "Supo rodearse de gentes más inteligentes que él sin miedo a que le hicieran sombra".
Babelia
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