La batalla por la capital de las Malvinas puede comenzar en cualquier momento

El general Jeremy Moore, al mando de las tropas británicas en tierra en las islas Malvinas, ha declarado que sus fuerzas no están retrasadas para el asalto final sobre Port Stanley (Puerto Argentino), sin por ello revelar el calendario de la operación. Moore señaló que a pesar de la rapidez o lentitud del avance de sus tropas, éstas necesitan un apoyo logístico efectivo antes de emprender la decisiva operación.

Según la BBC, ayer noche las fuerzas británicas estaban ya preparadas para ella. "No quiero que nos precipitemos, causando innecesarias bajas. Les haremos de un modo militar, sensato y equilibrado", declaró el general Moore, de 53 años de edad, a un grupo de corresponsales de guerra en Darwin, después de haber visitado el frente, a unos pocos kilómetros de Port Stanley. Estas declaraciones Regaron ayer sin fecha, aunque se supone que fueron hechas el viernes.Moore reveló que la posición británica en monte Kent, a diecinueve kilómetros de la capital del archipiélago había sido cañoneada, sin graves consecuencias, por la artillería argentina. El mal tiempo y la niebla parecen haber impedido los vuelos de los aviones de ambos bandos y retrasado la llegada de hombres y material bélico británico al frente de Port Stanley. Pero ayer tarde (hora de Madrid), la niebla se estaba levantando.

"La mayor barrera británica de artillería desde la guerra de Corea podría pregonar el comienzo del asalto final sobre Port Stanley", señaló ayer Jeremy Hands, corresponsal de la televisión, indicando que los cañones británicos cercan las posiciones argentinas, que forman una defensa en tres frentes en torno a la capital.

Hands reveló el lugar que la guardia galesa y escocesa y los gurkas del Nepal, que forman la quinta brigada de Infantería, ocupan en la Malvina oriental (isla de la Soledad). "Han consolidado su cabeza de playa y se trasladan rápidamente a posiciones cercanas a Port Stanley", señaló.

Esta frase y la crónica de su compañero Michael Nicholson fueron posteriomente censuradas por el Ministerio de Defensa. Nicholson hablaba de "otro desembarco" de fuerzas británicas (¿gurkas u otros?) y de "osadas operaciones cuya naturaleza no puedo revelar, pero de cuyo éxito depende el que el fin esté más cerica".

"La presencia militar argentina está concentrada en un pequeño rincón alrededor de Port Stanley. Tendrá que ser un poco más exprimida antes de que hayamos terminado", aseguró el general Moore. Los británicos, según otras fuentes, esperan una batalla en las cercanías de la capital, pero confían en que los argentinos sólo planterán una resistencia inicial para salvar el honor, antes de rendirse.

"Los mandos militares británicos han comenzado un mortífero juego de gatos y ratones con la acosada guarnición argentina", decía Alistair McQueen (Daily Mirror) en una crónica llegada ayer a Londres, tras haber pasado por las manos de la censura.