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El sospechoso de intentar matar a Trump: un hombre con antecedentes penales y obsesionado con Ucrania

Ryan Wesley Routh, un trabajador de la construcción de 58 años, votó al republicano en 2016, pero en los últimos años había publicado en redes mensajes favorables a los demócratas

Un retrato de Ryan W. Routh publicado en sus redes sociales en una fecha sin especificar. | Vídeo: EPVFoto: SOCIAL MEDIA (via REUTERS) | Vídeo: EL PAÍS VÍDEO
Macarena Vidal Liy

El hombre detenido como sospechoso de un supuesto intento de asesinato contra Donald Trump ha sido identificado como Ryan Wesley Routh, un trabajador de la construcción de 58 años y que cuenta con un largo historial de encontronazos con la policía y la justicia, incluida una condena por posesión de una ametralladora. Routh quedó detenido después de que agentes del Servicio Secreto abrieran fuego tras haber observado que el cañón de un rifle de asalto AK-47 sobresalía del seto que rodea el club de golf de Trump en West Palm Beach, en Florida. Un testigo le vio darse a la fuga en un vehículo y fotografió el coche y su matrícula, lo que permitió que la policía lo interceptara poco después. El vehículo, según la cadena de televisión CNN, estaba a nombre de la hija de Rouch.

El sospechoso nació en 1966, según la cadena CNN, y residió durante parte de su vida en Carolina del Norte, donde los registros policiales recogen un incidente en 2002 en el que Routh se atrincheró durante horas con un arma en un negocio de Greensboro, mientras varios agentes le rodeaban. El hombre también fue condenado en aquella época por posesión de la ametralladora. Otros incidentes incluyen tenencia de material robado y una fuga tras un accidente de tráfico.

Los tribunales civiles de Carolina del Norte también guardan en sus archivos las demandas de contratistas y clientes contra una empresa de construcción que él ayudó a gestionar. Además de Carolina del Norte, Routh también ha vivido en Hawái, donde en 2018 creó su propia empresa, especializada en la construcción de viviendas de bajo coste.

Sus cuentas en las redes sociales se han borrado tras su detención, pero hasta entonces, Routh había sido un usuario muy prolífico. Sus mensajes, muchas veces chocantes, componen un retrato confuso. En ellos, aporta detalles como su voto en 2016 a Donald Trump. En 2020 mantenía su apoyo hacia el republicano. Otros mensajes dejan claro que desde entonces se había desencantado profundamente con el expresidente.

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Sus simpatías políticas son mixtas: ha donado dinero a políticos republicanos y demócratas. Se describe como votante no afiliado, pero participó en las primarias demócratas este año. En ocasiones se expresa con calidez sobre el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris. En otras, suspira por un tándem republicano que combine las candidaturas de Nikki Haley, la exgobernadora de Carolina del Sur, y el empresario Vivek Ramaswamy, el agua y el aceite en la política interna de ese partido.

En otros mensajes, invita a Kim Jong-un a visitar Hawái, o sugiere que puede enviar miles de soldados afganos “entrenados por la OTAN” a Haití para resolver los problemas de seguridad en el país caribeño.

Su cuenta en X, la antigua Twitter, contiene una avalancha de mensajes que condenan la invasión rusa de Ucrania y que instan a voluntarios de todo el mundo a alistarse para combatir en favor de Kiev. Routh había llegado a viajar al país ocupado en 2022 para participar en el esfuerzo de guerra, aunque carecía de experiencia militar. En 2023 contó desde Washington a The New York Times, que lo entrevistó por teléfono para un reportaje sobre estadounidenses voluntarios en Ucrania, que quería reclutar antiguos soldados afganos huidos del régimen talibán para que combatieran en favor del país agredido.

Su hijo Oran Routh lo ha descrito como “un padre cariñoso y pendiente de los suyos, y un hombre honesto y trabajador”, en una declaración a la CNN. “No sé qué es lo que ha pasado en Florida, y espero que las cosas se hayan exagerado. El hombre que yo conozco no cometería ninguna locura, mucho menos violenta. Es un buen padre y una buena persona”.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
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