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Repercusiones a la sentencia por la rebelión militar del 23-F

Felipe González: "Es inaceptable que personas que han participado en la rebelión sigan perteneciendo al Ejército"

"No es posible aceptar que personas que han participado en una rebelión militar sigan perteneciendo al Ejército", manifestó ayer Felipe González en conferencia de Prensa convocada con el fin de analizar las sentencias del juicio del 23-F, que calificó de "equivocada". El líder socialista dijo también que las Fuerzas Armadas deben obedecer al poder civil y que "no se ha superado definitivamente en la democracia española ese fenómeno de que existe un poder militar autónomo al margen del poder civil". Sobre un posible futuro Gobierno socialista, comentó que aunque no existe compenetración entre su partido y las Fuerzas Armadas, eso no sería impedimento para una futura gestión de gobierno.

Al principio de la conferencia de Prensa, que registró una asistencia masiva hasta el. punto de que la presencia de informadores desbordó el tamaño de la sala prevista y muchas personas siguieron su desarrollo desde el pasillo, Felipe González anunció que iba a hacer una valoración exclusivamente política de la sentencia. En su introducción dijo que la sentencia le producía insatisfacción y preocupación, que la consideraba equivocada y que "produce efectos negativos desde el punto de vista del funcionamiento de las propias Fuerzas Armadas en el marco de la Constitución".Tras hacer una referencia al caso de unos soldados y cabos condenados recientemente a dos años de prisión militar por negarse a comer, comentó: "No puedo ni imaginar que para la legislación militar española sea más punible negarse a comer que levantarse en armas contra el Estado. Eso pone de relieve la necesidad de una reforma del Código de Justicia Militar que traslade a la competencia de la jurisdicción ordinaria cuestiones como la que nos ocupa. Es una acción que hay que emprender ya. Los políticos tienen que acostumbrarse a ejercer el poder que les confiere el pueblo, y no trasladar responsabilidades a otras instancias".

A una pregunta sobre el posible "coste institucional" de todo el proceso, opinó que en último término éste dependerá de la responsabilidad política con que se afronten los hechos a partir de ahora. A otra pregunta explicó que su partido no estaba dispuesto a pedir la dimisión del ministro de Defensa, "porque eso podría ser calificado como acción desestabilizadora. Pero si fuera el propio Gobierno quien tomara la iniciativa de destituirle, la calificación adecuada sería la de acción de salud pública". Cuando alguien le preguntó si no encontraba las condiciones actuales idénticas a las de enero de 1981, respondió que entonces la situación era de normalidad absoluta, "pues normal es que en un sistema democrático dimita el presidente del Gobierno. Si entonces el golpe me pareció un disparate, ahora me parecería disparate más uno".

Calificó de demasiado optimistas a quienes valoran positivamente la sentencia por las penas máximas impuestas a Milans y Tejero, y dijo encontrarse de acuerdo con las opiniones vertidas por Adolfo Suárez en el artículo publicado ayer por EL PAIS, aunque dijo haber tenido la impresión de que estaba escrito de antemano y retocado a última hora. Insistió en la preocupación que debe producir la convicción moral de que en el banquillo no estaban todos los que eran: "Me preocupa especialmente el acotamiento de responsabilidades que se ha hecho en el plano civil más que en el plano militar".

Sobre las consecuencias inmediatas de la sentencia en la vida política y la actitud a adoptar por su partido en los próximos meses, Felipe González manifestó: "Nos opondremos rotundamente a todo lo que huela a eso que llaman Gobierno de gestión. Otra cosa es que estemos expectantes ante la posibilidad de si el Gobierno puede dar fin a la legislatura o se ve forzado a adelantar en algunos meses las elecciones. Creo que la preocupación general ahora debe ser colocar en un lugar lógico el período electoral". A este respecto, aventuró la posibilidad de que las elecciones se adelantasen hasta el otoño, pues a su juicio la vida parlamentaria se presenta muy difícil en esa estación: "Se puede dar la legislatura por prácticamente terminada, porque todo el mundo va a verse metido en campaña preelectoral. Creo que incluso habrá quien veranee en catorce sitios, aunque sólo tenga quince días de vacaciones".

Afirmó que no había por qué temer una coincidencia de las próximas elecciones con la expectativa ante la resolución del recurso: "El voto de Andalucía, cuando estaba pendiente de conocerse la sentencia, desmiente a los que malintencionadamente juegan con el miedo en cada período electoral".

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Ante la posibilidad de un triunfo socialista en las próximas elecciones, y preguntado por la compenetración entre su partido y las Fuerzas Armadas, fue rotundo: "No sólo no tenemos compenetración con las Fuerzas Armadas, sino tampoco relación institucional, porque el Gobierno no ha tenido voluntad de que así fuera y porque no hay que olvidar que hasta 1977 no estábamos en la legalidad. Pero eso no sería obstáculo para la tarea de gobierno. Si llegamos al Gobierno lo ejerceremos con rigor, por razones de convicción e incluso de supervivencia".

Sobre el ingreso en la OTAN y su relación con el respeto a la Constitución de los militares españoles, dijo que consideraba ofensivo relacionar ambas cosas: "Pensar que porque los militares españoles se integren en el sistema de defensa de la OTAN va a cambiar su actitud ante la Constitución es absurdo. ¿Por qué iba a ocurrir eso? ¿Porque tuvieran contactos con militares de otros países? Piensen que a lo mejor les toca ir a Turquía a tener contactos con los turcos. Además, yo no creo en la historia de que la OTAN representa la defensa de las libertades. No lo creo yo ni lo creen tampoco los militares turcos, ni el pueblo turco, ni el griego, ni el portugués. La OTAN lo que representa es la dialéctica de bloques Este-Oeste y los intereses que se derivan de ello. Intereses que pueden coincidir con los de Alemania, pero no con los de España, en absoluto".

Respecto a este tema, dijo también que no podía darse por terminado el convenio, porque "según resolución parlamentaria, para concretarlo se tiene que garantizar la seguridad de todo el territorio nacional, incluido el extrapeninsular, y dar prioridad a la solución del problema de Gibraltar, y la OTAN no está dispuesta a comprometerse en la defensa de los intereses españoles en Ceuta y Melilla. Creo que vamos a hacer otra vez el ridículo en el plano internacional, lo que lamento profundamente como español". En esta misma línea afirmó: "Para los conflictos intercontinentales los españoles debemos tener tanta confianza en la OTAN como los argentinos en el TIAR". Y en una rápida referencia a la guerra de las Malvinas comentó que el PSOE defiende la soberanía argentina sobre el territorio, está en desacuerdo con la forma en que Argentina ha afrontado el conflicto, y dijo también que el desenlace de la crisis hubiera sido mucho más favorable a los intereses argentinos de haber sido representados éstos por un Gobierno salido de las urnas.

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