El conflicto irano-iraquí enturbia la reunión de países no alineados que comenzó en Cuba
Aunque el tema de las Malvinas, por su espectacular actualidad, es el más aireado en la reunión de no alineados que se celebra en esta capital, todas las delegaciones consultadas coinciden en señalar como el "asunto más grave para el movimiento" el actual conflicto Irán-Irak. Con un discurso M ministro cubano de Exteriores, Isidoro Malmierca, quedó anoche inaugurada en Ia Habana la reunión de cuarenta y cuatro ministros y otros tantos viceministros preparatoria de la séptima cumbre de la organización.
Malmiérca, en su discurso, lanzó un duro ataque a Gran Bretaña, que "ha puesto en marcha una colosal máquina de guerra -dijo- en un brutal intento por mantener a todo precio el colonialismo". Fidel Castro, en su calidad de Presidente del Movimiento de Países No Alineados, presidió la sesión. Malmierca, que reiteró el apoyo de su gobierno a Argentina en el conflicto, agregó que todo el conflicto de las Malvinas ha resultado una demostración de la auténtica política norteamericana, con acta de defunción para la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).En cuanto al tema Iran-Irak, Malmierca fue claro y señaló que esta Conferencia es preparatoria de VII Cumbre a celebrarse en Bagdad el próximo otoño", lo que fue interpretado como un claro apoyo, al menos por ahora, a que no haya cambios.
Sin embargo, la declaración hecha ayer por el canciller iraní en el sentido de que ha propuesto La Habana como sede de la próxima cumbre, en lugar de Bagdad, capital de Irak, abre nuevas perspectivas y complicaciones al movimiento que actualmente preside Cuba.
Lógicamente, advierten los observadores, el problema más grave radica en que no se trata tan sólo de una localización geográfica, sino que tradicionalmente el país sede es también el país que preside el movimiento hasta la celebración de la posterior cumbre de jefes de Estado y ministros.
Fidel Castro, presidente del movimiento de los no alineados, ha recibido en la capital cubana al ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Sadoom Haminadi, y a su homólogo de Irán, Alí Velayati, aunque esta última entrevista no ha podido ser confirmada.
La encrucijada en que se encuentran los no alineados es de muy difícil resolución y, privadamente, algunas delegaciones señalan el peligro que corre el movimiento ante un paso en falso de los miembros más influyentes. Precisamente por esta grave situación, la práctica totalidad de las delegaciones trabajan, dijeron fuentes cubanas no oficiales, con un gran sentido de unión en busca de una solución que no dañe al movimiento. Aunque hay algunos países importantes dentro de los no alineados que insisten en que la cumbre debe celebrarse en Bagdad, "aun bajo las balas", otras naciones se piensan con más detenimiento alguna alternativa válida.
La hipotética aceptación de Cuba a convertirse en sede de la séptima cumbre, además de requerir difíciles pasos legalistas, se encontrará con la tajante oposición de varios miembros, deseosos de que el movimiento se mueva en campos menos comprometidos.
El difícil consenso
Es seguro que en las sesiones de la reunión de cancilleres, que se inició ayer, el tema será debatido con energía, mientras que los observadores esperan que florezcan como hongos las fórmulas de transacción.
No es, sin embargo, tarea fácil encontrar esa salida, porque tradicionalmente los acuerdos de los no alineados se toman por consenso, única forma que permite la amplia discusión, dada la heterogeneidad de los miembros que conforman el movimiento.
Y, en la búsqueda de este consenso, todas las posiciones deben moderarse y hallar la fórmula mágica, lo que en esta ocasión, con una guerra sangrienta y la escasa flexibilidad política mostrada por Irán e Irak, parece labor casi imposible.
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