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La guerra en el Atlántico sur

Mil paracaidistas británicos tomaron ayer Puerto Darwin y el aeródromo de Goosse Green con "Iigeras bajas"

Andrés Ortega

El segundo batallón del regimiento de paracaidistas británicos -unos 1.000 hombres- tomó ayer Port Darwin y Goose Green, en el istmo de la Malvina oriental, anunció anoche el portavoz del Ministerio de Defensa en Londres, interrumpiendo un largo silencio informativo. Aunque las fuerzas británicas han sufrido bajas -"ligeras", según la versión inicial-, esta es una primera victoria de amplias consecuencias militares y psicológicas.

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El comunicado oficial británico dio pocos detalles más. Se habían tomado prisioneros entre las tropas argentinas que habían sufrido bajas. Informaciones no confirma das indicaron que debió ser fuerte la resistencia argentina en estas últimas 48 horas.Los paracaidistas británicos habrían atacado Port Darwin desde la cima de las colinas de Bodie Peak, a 8 kilómetros del poblado, con sus morteros del 81 y sus lanzagranadas. Fueron sin duda apoyados por otras fuerzas y por el intenso cañoneo de sus buques desde el estrecho de San Carlos. Después de capturar a los argentinos presentes, avanzaron hacia Goose Green. Se supone que un millar de soldados argentinos formaban la guarnición de esta zona.

Darwin es la segunda localidad más poblada -cien personas- de las Malvinas. Con Goose Green, los paracaidistas británicos han conquistado una pista de hierba útil para los aviones Harrier, y pueden avanzar ya sobre Port Stanley, a unos ochenta kilómetros de distancia, sin miedo a ser atacados por la retaguardia. Antes deberán controlar las colinas que rodean a la carretera y el puente que lleva a la capital.

En la madrugada del jueves, según fuentes oficiosas, 4.000 soldados británicos avanzaron desde su cabeza de puente en San Carlos. Los paracaidistas, hacia la zona que ahora han ocupado. Los marines, hacia el Este. Los británicos han estado avanzando en estas últimas horas "a saltos", con tropas y artillería trasladadas en helicópteros. La fuerza británica en tierra espera así atacar Port Stanley por dos frentes, como una tenaza. Desde los buques y desde los aviones Sea Harrier han proseguido constantemente los bombardeos contra la guarnición argentina en la capital.

El jueves, según la versión británica, los argentinos habían bombardeado con sus aviones Skyhawk y Mirage -ningún Canberra, según los británicos- la cabeza de puente de San Carlos.

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Dos de los Skyhauk fueron derribados. El Ministerio no tenía noticias de supuestos daños a sus buques, pero admitió la muerte de cuatro marines, un soldado del cuerpo de ingenieros y veinte hombres heridos.

Ese mismo día, los Harrier británicos volvieron a bombardear el aeródromo de Stanley y efectuaron vuelos de reconocimiento para apoyar a las tropas en tierra. En una de estas misiones, un Harrier fue derribado por el fuego enemigo. "Se vio al piloto saltar sobre el territorio controlado por las fuerzas argentinas", señaló el comunicado británico. Es el sexto Harrier que pierde la fuerza expedicionaria.

El barco hospital Uganda, según una nota oficial, entró el jueves durante media hora en Middle Bay, en la bahía de San Carlos, para recoger a algunos "heridos graves", británicos y argentinos. ¿De qué operaciones?. Se ignora. El Uganda se retiró. El Ministerio insiste en que no participó en operaciones militares, aunque estas se estaban desarrollando en esos momentos.

El crucero de lujo Queen Elizabeth II ha llegado a las Georgias del sur con 3.500 soldados a bordo, entre ellos los gurkhas, temidos guerreros del Nepal. Según informaciones oficiosas, estas tropas serán transferidas a buques de desembarco para dirigirse a las Malvinas, a unos 1.300 kilómetros de distancia.

Otros mil hombres partirán la próxima semana de Gran Bretaña, con destino al Atlántico sur. Se entiende que en su mayoría son ingenieros y zapadores, destinados a reconstruir las islas después de los destrozos de las batallas. El Gobierno británico enviará también motocicletas a las Malvinas, para facilitar el desplazamiento de sus tropas sobre el duro terreno.

Según un sector de la Prensa británica, el Gobierno estaría contemplando un estatuto para las Malvinas similar al que rige la isla de la Ascensión o la de Diego García, en el Océano Indico: arrendar el uso de una gran base aeronaval a los Estados Unidos. Estos carecen de bases seguras en el Atlántico sur.

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