Golpe al taurinismo
La autoridad ha dejado caer todo su peso contra los responsables del escándalo del martes en Las Ventas. Curro Romero y su picador reciben el escarmiento que sus tropelías demandaban desde hace tiempo, pero también los presidentes de las corridas quedan advertidos de que si en el espectáculo ostentan la autoridad, deben ejercerla con todas sus consecuencias.Pero quizá tenga más importancia el propósito del ministerio del Interior de intervenir en ese "baile" de corrales que se produce siempre que en el cartel hay una figura, con todo el entramado de intereses e influencias que lleva consigo. Los veterinarios pasan un auténtico calvario cuando empresarios y exclusivistas intentan colarles la burra, bajo las más diversas presiones, y el público ve repetirse, una vez y otra, el fraude de que en los festejos de postín goza de bula el torero que más cobra.
Fue negativo el escándalo pero ha servido de desencadenante para que Interior, que tiene respecto a la fiesta una actitud purificadora sin precedentes, se decidiera a asestar al taurinismo mendaz y corrupto un duro golpe, que podría ser definitivo.
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