Comunistas franceses e italianos mantienen sus divergencias
La cumbre que reunió en París durante los dos últimos días a los comunistas franceses e italianos no dio resultados significativos. El secretario general del Partido Comunista francés (PCF), Georges Marchais, y el del Partido Comunista italiano (PCI), Enrico Berlinguer, reiteraron sus actitudes divergentes respecto al análisis que hacen ambos del socialismo en los países del Este europeo."Nunca se ha probado que el Gobierno afgano solicitara ayuda del Gobierno soviético, y cada acto de fuerza de un Estado contra otro Estado debe ser condenado", manifestó Berlinguer durante la conferencia de Prensa que cerró las conversaciones entre el PCF y el PCI. Marchais, sobre la misma cuestión, declaró: "Cada Estado tiene derecho a establecer alianzas defensiva con otro Estado" (como el afgano con el soviético).
A propósito del golpe de Varsovia, Berlinguer dijo: "Hemos condenado las medidas de excepción por considerarlas inaceptables, y además, como lo demuestra el desarrollo de la situación, no permiten resolver la crisis polaca". Marchais recordó que su partido ha mantenido siempre la misma posición sobre este problema, fundada en la necesidad de las medidas excepcionales para evitar la guerra civil en Polonia.
Las declaraciones precedentes quieren decir que los dos partidos mantienen posturas opuestas respecto a Moscú y que las conversaciones de París no han cambiado nada. Prácticamente, los comunistas italianos y franceses sólo están de acuerdo cuando hablan del "movimiento universal por la paz, por la desescalada nuclear y por la reducción negociada y equilibrada de todos los armamentos". La participación del PCF en el Gobierno socialista francés, como lo indican sus conversaciones con el PCI, no ha modificado su diplomacia prosoviética.
Los dos partidos se dicen también conformes para desarrollar las relaciones con las formaciones socialistas, comunistas y socialdemócratas de Europa occidental. De hecho, la política internacional del PCF, que valora como "globalmente positiva" la experiencia socialista de los países del Este, contrariando a sus homólogos español e italiano, recorta sensiblemente las posibilidades de ese diálogo comunistas-socialistas-socialdemócratas, que la Prensa denomina "euroizquierda". El propio Berlinguer dijo que esta última, evoluciona mediocremente.
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