La estafa
Curro es responsable del escándalo mayúsculo que hubo ayer en Las Ventas, pero no el único. Porque tenía cómplices y encubridores. Quienes aceptaron anunciarle con esos Osborne que no ofrecen ninguna garantía de seriedad; quienes permitieron que saltara a la arena una corrida remendada e indigna; quienes revolvieron por las ganaderías para encontrar las reses que fueran de su gusto, montaban una estafa en toda regla de la que fue víctima una multitud. Millones ingresó la empresa por ese espectáculo impresentable y tercermundista en que quedó convertido el festejo de ayer. Sólo cabe aquí el castigo ejemplar a los culpables.
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