François Mitterrand inicia hoy una gira para tranquilizar a los países francófonos de Africa
Por primera vez desde que fue elegido presidente de la República, en mayo de 1981, François Mitterrand visitará el Africa francófona a partir de hoy, miércoles. Este primer desplazamiento cubrirá tres países: Niger, Costa de Marfil y Senegal.
Hoy mismo efectuará una escala en Argel para entrevistarse con el presidente Chadli, y de retorno a París hará lo mismo en Mauritania, donde se entrevistará con las autoridades de este país. En Africa negra, se supone que Mitterrand deberá fijar la política africana del Gobierno socialista, caracterizada hasta ahora por una continuidad que no deja de inspirar inquietudes en las dos docenas de países al sur del Sahara.En su primera gira por los países del Africa francófona, Mitterrand tendrá que desvanecer las dudas y susceptibilidades que generó la llegada de los socialistas al poder.
En definitiva, debiera restablecer la confianza entre París y sus antiguas colonias, más o menos alterada por las declaraciones y actitudes contradictorias de los responsables franceses, que en algún momento les han hecho creer a estos países que la diplomacia del cambio instaurada por el mitterrandismo equivalía a la ruptura entre Francia y sus amigos de siempre. El discurso tercermundista pronunciado en la Conferencia de Cancún por el presidente galo, cuando se declaró el defensor de todos los oprimidos de la tierra, sembró la duda entre muchos dirigentes africanos. Por otra parte, durante los últimos meses, tanto el ministro de Exteriores francés, Claude Cheysson, como el de la Cooperación, Jean Pierre Cot, y otros responsables directos del mundo francóforio, han multiplicado las declaraciones contradictorias al referirse a las nuevas relaciones entre París y Africa negra. En el terreno económico,el Gobierno socialista dice que pretende "descolonizar la cooperación", es decir, sanear esta última, destinando la ayuda francesa a proyectos sensatos. En el plano militar, los socialistas ponen el acento en la no ingerencia. Y en materia política, declaran su simpatía por los regímenes progresistas.
Estos planteamientos de las autoridades de París están en el origen de las tres preguntas que se hacen los países francófonos: ¿Va a continuar Francia respaldando militarmente a sus ex colonias en caso de apura mayor? ¿Va a mantener una ayuda económica considerable para los que necesitan por razones vitales?. ¿Va a favorecer a los regímenes y movimientos progresistas en detrimento de los autoritarios?
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