Persisten las dudas sobre la posibilidad de concluir el tratado España-EE UU antes del proximo viernes
A tres días del término de la prórroga de ocho meses del Tratado de Amistad y Cooperación hispano-norteamericano, y a pesar de los deseos de ambas partes de llegar a un acuerdo, ni el Gobierno de Madrid ni el de Washington son capaces de asegurar al 100% que la renovación se realizará en la fecha prevista.
El tratado concluye el próximo viernes 21, después de una prórroga de ocho meses acordada el pasado septiembre por consenso entre los dos Gobiernos y con el acuerdo de los respectivos Parlamentos. Los negociadores de los dos países han puesto de manifiesto su deseo de "concluir el acuerdo lo antes posible", pero con una diferencia de matiz importante. Mientras los norteamericanos se muestran optimistas a través de un portavoz de la Embajada de Estados Unidos en Madrid de que se podrá firmar el tratado en la fecha prevista, los españoles se expresan con más prudencia y cautela.La posición del Gobierno de Madrid es que se está haciendo "todo lo posible" para que los documentos estén listos en la fecha prevista del 21 de mayo, para añadir, a continuación, que la negociación "en el último tramo" es siempre la más dura.
Si no se ha llegado a un acuerdo para el día 21 se planteará un problema a ambos Gobiernos que, como antes se señalaba, están actuando con un mandato de sus respectivos Parlamentos. En teoría, y a no ser que los expertos legales tengan prevista alguna technicality o cuestión técnica -como, por ejemplo, la famosa parada del reloj de la Conferencia para la Seguridad y Cooperación en Europa-, ambas delegaciones necesitarían un nuevo mandato parlamentario para seguir negociando.
En todo caso, y dada la voluntad expresa de ambos países de llegar a una renegociación, ese nuevo mandato parlamentario no sería necesario, ya que, de acuerdo con el artículo octavo del tratado, Estados Unidos contaría con un plazo de un año para proceder al desmantelamiento de las bases y, según fuentes de ambos países, sólo se precisarían unos días más para llegar a la renovación.
Los norteamericanos son los que aparentemente, y ante el continuo deterioro de la situación internacional por la crisis de las Malvinas, tienen más prisa por ultimar el tratado dentro de la fecha prevista. Hasta tal punto que el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, estaba dispuesto a detenerse en Madrid una hora hoy en su viaje de regreso a Washington, procedente de Luxemburgo, donde ha asistido a la reunión del Consejo de Ministros de la Alianza Atlántica, para firmar personalmente el tratado con su colega español, José Pedro Pérez-Llorea. Sin embargo, una alta fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores declaró en la tarde de ayer a este periódico que: era "materialamente imposible" que los documentos finales estuviesen listos para su firma hoy.
A pesar de la reciente entrevista entre Haig y Pérez-Llorca en la capital norteamericana, en opinión de los observadores siguen existiendo diferentes puntos de apreciación por ambas partes en los temas relativos al uso de las bases americanas, a las compensaciones que Estados Unidos facilitará a España por la utilización de las instalaciones y al debido respeto a la soberanía española. La crisis de las Malvinas ha puesto sobre el tapete la importancia de un control de unas bases que automáticamente se convertirían en bases de la Alianza Atlántica en un conflicto contra terceros y en el que los intereses de España, por ejemplo, con relación a Latinoamérica o a los países árabes, fuesen contrapuestos a los de Estados Unidos. Baste recordar a este respecto la utilización que el Reino Unido está haciendo en el conflicto de las Malvinas no sólo de su base de Gibraltar, integrada en la OTAN, sino de la base de Lajes, en las Azores, también perteneciente a la Alianza, situada en territorio portugués.
Las dos delegaciones se reúnen en sesiones de mañana y tarde
Las negociaciones continúan en sesiones de mañana y tarde entre las distintas comisiones de los dos países, y en la mañana de ayer, el embajador americano en Madrid, Terence Todinan, se entrevistó con Pérez-Llorca en el palacio de Santa Cruz en un intento de eliminar las discrepancias de última hora y tratan de imprimir la máxima celeridad a la renegociación de un tratado al que sólo le restan 72 horas de vigencia.
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