La victoria conservadora en las elecciones municipales refuerza a Thatcher
La crisis de las Malvinas y la ola de adhesiones que ha encauzado hacia Margaret Thatcher permitieron al Partido Conservador británico, por primera vez desde la segunda guerra mundial, romper la tradición política que hacía al partido gobernante perder las elecciones municipales.Los conservadores lograron mantener sus posiciones en las zonas no metropolitanas y han progresado en las grandes aglomeraciones del país, a excepción de la capital londinense, donde el Partido Conservador perdió un escaño.
Para un Gobierno que se encuentra a mitad de su mandato normal, con graves problemas económicos y un alto índice de desempleo, el resultado de estos comicios se juzga como muy favorable para el partido en el poder.
Los conservadores controlan de este modo 46 de los 103 escaños no metropolitanos, 8 de los 36 escaños metropolitanos (feudos tradicionales de los laboristas) y 16 de los 32 escaños londinenses. Sin embargo, tanto en Londres como en las zonas rurales, el Partido Conservador ha contado con el apoyo de los independientes.
El muy positivo desenlace electoral del partido Conservador ha sido definido por el presidente de los tories, Cecil Parkinson, como un fruto del sentimiento de "unión nacional" provocado por la crisis de las Malvinas.
Estos resultados constituyen un serio revés para el partido Laborista, que ha perdido dos escaños en Londres y otros tres en las grandes ciudades.
Por otra parte, la alianza entre socialdemócratas y liberales no ha "barrido" como esperaban sus miembros. El Partido Socialdemócrata, SDP, ha perdido el único escaño con el que contaba en Londres y no, han conseguido ninguno nuevo en las otras zonas.
Por su parte, los liberales obtuvieron más de un centenar de escaños, victoria apreciable en sí misma, pero muy inferior a los pronósticos que le vaticinaban 400 escaños.
Los resultados de estas elecciones, según los observadores políticos de Londres, van a llevar a los liberales más combativos a intentar arrebatar a los socialdemócratas la hegemonía en el seno de la alianza entre ambas formaciones.
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