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La guerra del Atlántico sur

No habrá alto el fuego británico sin la completa retirada argentina del archipiélago, afirma Margaret Thatcher

Andrés Ortega

Argentina rechazó el plan peruano de paz que, según Londres, incluía un alto el fuego para hoy. Gran Bretaña perdió ayer dos más de sus aviones Sea Harrier. No se saben las razones. En el Parlamento, la primera ministra, Margaret Thatche, declaró que, a pesar de las negociaciones, "tenemos que proseguir con nuestras actividades militares", añadiendo que "no puede haber ningún alto el fuego que no venga acompañado de una completa retirada argentina, adecuadamente verificada". Por el momento, para evitar que la guerra de las Malvinas alcance cotas aún más sangrientas, sólo quedan las precarias "ideas del secretario general de las Naciones Unidas".

El Ministerio de Defensa declaró ayer tarde que "no tenía informaciones sobre actividades militares", pero que proseguían las patrullas para mantener el bloqueo en torno a las islas. Horas depués, el portavoz oficial volvía a aparecer para anunciar que en unas de estas patrullas habían "desaparecido" dos Sea Harrier con los que se había perdido el contacto a mediodía de ayer, sin saberse la razón.El tiempo era malo y la visibilidad escasa. Se prosigue su búsqueda. Las informaciones son confusas. Con estos, son tres los aviones que ha perdido el destacamento británico. Ya sólo le quedan dieciséis Sea Harrier, a la espera de veinte Harrier de las Fuerzas Aéreas que aún no han llegado a la zona del conflicto.

Hace cuatro años, Gran Bretaña abandonó el concepto de la proyección de "poderío aéreo" desde sus portaviones. Los Sea Harrier están ahí para defender a estos buques en principio dedicados a la guerra antisubmarina contra los soviéticos. En el Atlántico Sur tienen que cumplir unas tareas para las que no están preparados. Y Gran Bretaña necesita una superioridad aérea local si quiere, como desde Londres parece cada vez más inevitable, intentar una invasión de las Malvinas.

Las soluciones diplomáticas han mermado. Anoche el titular del Foreign Office, Francis Pym, anunció que Argentina había rechazado el plan peruano para una paz negociada. "La intransigencia argentina ha frustrado de nuevo una iniciativa constructiva. Podríamos haber tenido un alto el fuego para hoy a las 18.00", señaló Pym. Sólo quedan, hasta ahora, las ideas propuestas por el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllár.

Tatcher afirmó, refiriéndose a las ideas del secretario general de las Naciones Unidas que "constituyen un marco sobre el cual se puedan construir propuestas más específicas". Para la primera ministra, este plan carece de detalles, aunque relaciona un cese de las hostilidades con una retirada argentina de las islas. "Cualquier propuesta, para tener éxito, debe contemplar, el tiempo, la secuencia y la verificación de los acontecimientos", señaló.

Se esperaba que la "positiva" respuesta británica a estas "ideas" llegara ayer noche a Nueva York, "con sustanciales propuestas", según declaró el embajador británico ante la ONU, sir Anthony Parsons. Para éste, la respuesta argentina ha sido solo breve y formal.

En medios oficiosos británicos se desconfía de este plan, por lo que supone volver a un amplio foro en las Naciones Unidas. Londres ya tiene la resolución 502 del Consejo de Seguridad. Otra podría debilitar su posición internacional.

¿Hay realmente negociaciones, o se trata de una cortina de humo? Una fuente próxima a la primera ministra declaró ayer "no tener más esperanzas de lograr una solución diplomática que cuatro semanas atrás". Margaret Thatcher se reunió de nuevo con su Gabinete de crisis y posterior e inesperadamente convocó un pleno del Consejo de Ministros.

El líder laborista Michael Foot pidió que Gran Bretaña no escalara las hostilidades militares mientras se prosiguen estas negociaciones. Margaret Thatcher se negó. "¿Qué ocurriría?", sé preguntó la primera ministra, "nos veríamos paralizados. Los habitantes de las islas seguirían bajo la bota del invasor mientras los argentinos aumentan sus actividades en el continente y sus suministros para atacarnos cuando quieran".

Más de veinte diputados conservadores han firmado una moción pidiendo al Gobierno que tome todas las medidas necesarias para incapacitar a las fuerzas argentinas y recuperar así las Malvinas.

"Hay que suponer que veinte hombres han muerto" tras el ataque el martes contra el Sheffield, declaró un portavoz del Ministerio de Defensa en una corta intervención. 242 persona han sobrevivido, hay 24 heridos, pero solo uno de gravedad. Todo indica que Gran Bretaña no se ha recuperado aún de este golpe.

El Ministerio de Defensa suspendió ayer por segundo día consecutivo sus conferencias de prensa al mediodía sin dar razón alguna. Estos últimos días, las noticias que han llegado de los corresponsales británicos que acompañan al destacamento han sido escasas y a menudo retrasadas.

Las intenciones del Gobierno británico son difíciles de juzgar. De Inglaterra siguen partiendo hacia la zona conflictiva buques requisados. Ayer se anunció que el Gobierno enviará otros diez helicópteros Sea King al destacamento, que contaría ya con unos 6.000 ó 7.000 hombres. Un síntoma superficial de que el conflicto puede alargarse es que en el centro especial de Prensa del Ministerio de Defensa se ha instalado un nuevo mapa de las Malvinas, esta vez verde sobre fondo azul, seguramente para que resalte mejor en la televisión. El portavoz oficial, Ian McDonald, ha sido censurado en la Prensa y en el Parlamento por el tono aséptico y la lentitud de palabra con que lee sus comunicados.

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